Así se expresó el entrenador marplatense elegido como el mejor del TNA en la presente temporada por su trabajo en Alvear de Villa Ángela, Chaco. "Creo que el club creció mucho en el básquet como yo pude crecer como entrenador", aseguró haciendo un balance de cierre de temporada con Marcadeportiva.com.
EL GRAN DT. Leandro Ramella, el marplatense que fue elegido como mejor entrenador del TNA en el año 2011.=
Sin dudas, es un entrenador exitoso. No sólo porque fue elegido dos años seguidos como el mejor entrenador de la categoría en la que estaba, sino que además llevó a un equipo casi a pelear por el ascenso a la Liga Nacional.
El marplatense Leandro Ramella, completó un muy buen año en su debut en el Torneo Nacional de Ascenso llevando a Alvear de Villa Ángela, Chaco a perder en la final del repechaje ante Ciclista de Junín y quedar a las puertas de pelear por el segundo ascenso ante San Martín de Corrientes. Después de su experiencia como entrenador en Quilmes de nuestra ciudad, emigró buscando nuevos desafíos. Empezó en la Liga Nacional B con los chaqueños y consiguió el ascenso al TNA y ahora completó un gran 2011.
En los dos años, fue elegido por sus propios compañeros, los entrenadores como el mejor de la categoría, primero en Liga Nacional B y luego en el TNA. Su crecimiento es innegable y por eso se convierte en un embajador de lujo para Mar del Plata.
Al cierre de la campaña Leandro dialogó con Marcadeportiva.com y realizó un balance de su trabajo, además de anticipar su futuro inmediato dentro del básquetbol.
-En principio, ¿que balance deportivo haces de tu primer temporada en el TNA y la tercera consecutiva en Villa Ángela?
El balance del año es bueno, con un poco de sabor amargo al final porque no pudimos dar un paso más, todavía no se me va de la cabeza el último juego, pero tal vez con el tiempo se puede valorar un poco mas lo que hicimos. Es mi tercer año consecutivo en el equipo, y el trayecto recorrido es muy bueno, los resultados acompañaron, igual, trate de pensar y hacer cosas para el club, mas allá de lo específicamente deportivo, creo que el club creció mucho en el básquet como yo puede crecer como entrenador. Ya me acostumbre y me adapte a vivir en una ciudad tan chica, tratando de ver las cosas positivas que esta tiene.
-¿Te sorprendió algo de tu propia capacidad para hacer competitivo a Alvear en una categoría tan difícil y competitiva?
Creo que fue un año con muchos entrenadores debutantes en la categoría y eso hizo que me sienta más tranquilo, Trate de planificar, de llevar adelante lo planificado y de trabajar en equipo, con Jerónimo y el preparador físico, siempre me gusto y aposte al trabajo en grupo, cuando uno puede llevar adelante un proceso con tranquilidad y confía en lo que hace, tiene más posibilidades de que las cosas salgan bien.
-Tuviste dentro del plantel jugadores jóvenes y algunos experimentados de mucha calidad como el caso de Jason Osborne, ¿como fue esa mixtura?
A mí personalmente me gustan los equipos con esas características, los jóvenes le dan frescura, lo ponen mucha energía sobretodo en el día a día, y los de más experiencia, le dan esa tranquilidad que necesitan los equipos sobre todo en los momentos difíciles. Dirigir a jugadores experimentados es un desafío más grande para alguien debutante o nuevo en el medio como yo. Siempre confié en que el respeto con esos jugadores más experimentados te lo ganas con el trabajo diario, y así fue en estos tres años de básquet profesional. Dirigir a Jason, fue un orgullo para mí, aprendí muchísimo de él, es una gran persona.
-Hoy mirando todo a cierta distancia, ¿como ves el hecho de no poder ser profeta en tu propia tierra y no haber tenido una oportunidad más grande en Mar del Plata como les ha pasado a muchos entrenadores y deportistas?
Es algo que pasa, más frecuente en este país que en otros donde los proyectos a largo plazo se cumplen. Hay muchos entrenadores de Mar del Plata que trabajan fuera y que tal vez le dieron pocas oportunidades en la ciudad, Pero creo que de a poco muchos clubes, sobretodo en el básquet les están dando mas lugar a quienes se identificaron con la institución como Casalanguida en Comodoro, Sebastian Gonzalez en Atenas, el mismo Peñarol hoy va a jugar una final con dos jugadores muy protagonistas en su equipo que salieron del mini básquet del club: Tato (Rodríguez) y Nico Lauria; pero creo que es una cuestión sociocultural y no especifica de los clubes.
-¿Que significa que tus propios colegas te hayan elegido dos años seguidos el mejor entrenador de la categoría en la que estabas?
Es algo muy lindo, que no me lo esperaba, menos este año que fue mi debut en la categoría, nunca imagine eso, después el día a día no te lo deja disfrutar y me puso un poco de presión por tratar de no defraudar a quienes me habían elegido, o por tratar de ser merecedor del mismo, tal vez por eso me duele mucho mas no llegar a la final. Espero, cuando me relaje un poco, poder contemplar más el premio.
-¿Pensas quedarte en Alvear la próxima temporada o analizas otras ofertas?
No lo sé todavía, ahora quiero ver a mis hijas que hace mucho que estoy lejos de ellas y después veremos. Es muy pronto todo.
-¿Donde y como viviste el ascenso de Quilmes a la Liga Nacional?
Los partidos fueron en simultáneo con los nuestros del repechaje con Ciclista de Junin, pero los grave y los miraba al otro día. Es una alegría que Quilmes vuelva a la A, hay mucha gente amiga y querida en el club que esperaba poder ascender. Fueron merecidamente campeones.
-¿Por donde pasan tus desafíos pensando en un futuro inmediato? ¿que objetivo te planteas para la próxima temporada?
Espero volver a dirigir la categoría (TNA), ese sería mi principal objetivo y sino tratar de mantenerme en el básquet profesional, como entrenador si es posible. La liga nuestra tiene mucha oferta de entrenadores y poca demanda, asique poder vivir del básquet no es fácil, hay que saber que no muchos tienen el privilegio de trabajar de lo que te gusta y siempre quisiste.
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