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lunes, 23 de mayo de 2011

SELECCION NACIONAL = NESTOR GARCIA: "Me produjo sensaciones muy lindas como persona"


"Esto es un sueño y un placer... Siento que Julio (Lamas) me hizo un reconocimiento a lo que desarrollé en todos estos años". "En el mundo profesional de hoy en día nadie te regala nada. El rol de asistente lo tengo muy claro".

--Bueno Néstor, quiero que acompañes a Gonzalo García como asistente de la Selección...
--Ya te digo que sí.
--Me interesaría que lo pienses y...
--Sí, ya está.
--Quiero que lo evalúes.
--¡Te digo ya que sí! Te voy a dar lo mejor de mí.
Palabras más o menos, así fue la charla telefónica para llegar a un acuerdo de ambas partes, entre Julio Lamas, entrenador jefe del seleccionado nacional de básquetbol y Néstor García, desde Venezuela, donde ahora dirige a Marinos de Anzoátegui. Los dos querían lo mismo.
La felicidad del Che se completó cuando le comunicó la noticia a Hilda, su mamá y a sus hijos, Tomás y Macarena.
"Siento que puedo expresar toda la alegría contenida, después de que Julio, correctamente como jefe, hizo pública la noticia. Por eso, antes que saliera a luz --aseguró Néstor-- no quería decir ni lo que pensaba, ni lo que quería hacer, ni lo que me podía pasar".
--¿Y ahora que ya se conoce?
--Me siento feliz, porque es una experiencia única, un aprendizaje, una motivación... Es una camada de jugadores que, por lo menos yo, no sé si tendré posibilidad de volver a ver otra igual.
--¿Habías soñado alguna vez con poder dirigir a este grupo?
--¡Claro que sí!
Néstor García desde muy joven se planteó desafíos: debutó en la Liga Nacional con 25 años, se fue a Puerto Rico a seguir los pasos de Julio Toro Díaz, su padrino profesional, y terminó optando por una vida nómade, que incluyó dirigir, entre otros equipos, a la selección uruguaya, ser asistente de los boricuas y tener experiencias en México, Brasil, Arabia y Venezuela, donde se encuentra actualmente.
De todos modos, en ese recorrido y en un inhóspito lugar, tomó dimensión de la mirada que tenía el mundo hacia nuestro básquetbol.
"En 2005, dirigiendo en Arabia hicimos un viaje que incluyó cuatro horas en avión y ocho en colectivo. Toda la ruta fuimos viendo médanos y arena. Llegamos a la ciudad, desértica, donde jugábamos y me pidieron dar una charla la mañana del partido", contó.
Hasta ahí, algo habitual.
"Preparé para hablar algo de defensa y otras cosas, sin saber lo que les interesaría --rememoró Néstor-- y cuando los enfrenté, lo único que querían saber sobre Ginóbili, Scola, Pepe Sánchez, es decir, los campeones olímpicos: de dónde eran, cómo entrenaban, cómo eran... ¡Y eso me lo preguntaron en un pueblo en el medio del desierto del Sahara!".
--Me imagino que alguna de estas noches tu cabeza se habrá invadido de situaciones que pueden hacerse realidad con estos jugadores, ¿no?
--Sí. En realidad, en este caso mi lugar será seguir instrucciones de Julio (Lamas). Me encanta el rol, porque dentro de toda mi experiencia, voy a tener la tranquilidad de estar sentado observando. Estoy para aportar lo que me pida Julio. Con estos jugadores tenés que ser bien práctico; me motiva mucho el hecho de la agudeza que voy a tener que desarrollar.
--Algo que siempre te destacó. ¿Es otro desafío a este nivel?
--Por supuesto. Tuve un par de contactos con Julio y se abrió un increíble panorama de charlas de básquet. Siento que Julio me hizo un reconocimiento a lo que desarrollé en todos estos años.

"No es fácil ser extranjero, ¡eh!"
--Siempre pregonaste que la elección de dirigir en el exterior tenía directa relación con elegir el camino de la carrera internacional. ¿Este destino de alguna manera era uno?
--Muchas veces pensé que dirigiendo afuera perdía en el país. Aunque lo que fui a buscar lo tengo. Te digo que no es fácil ser extranjero, ¡eh! Decidí hacer mi carrera internacional y busqué ampliar mis conocimientos, el manejo de situaciones y gente. Y estando a la distancia, que un entrenador como Julio me lo reconozca, me permite pensar: "Me salió bien". ¿Me explico? De cualquier manera, si no se hubiera dado, yo fui a buscar crecer. Y muchas veces lo lográs, pero sin tener la oportunidad.
--¿Le das más valor que te haya elegido el hombre que, en definitiva, tiene la última palabra?
--Sí, tiene mucho valor. Además, por la forma que le dio y se dirigió, de manera muy respetuosa. Así es por naturaleza. Me habló para ser parte de un cuerpo técnico, no me siento un número. Quiero ir a disfrutar y cuando vea que pueda ayudar al trabajo de equipo, lo voy a exponer.
--No tener relación fluida con Julio, ¿de qué manera puede influir una vez que empiecen a trabajar?
--Me parece que Julio tomó la decisión porque habrá visto que puedo estar a su lado. Las charlas que mantuvimos siempre tuvieron contenido. Y cuando esto salió a la luz me produjo sensaciones muy lindas como persona, más allá de mi rol, y una energía muy positiva que, a partir de ahora, me permitirá tener con él una relación mucho más profunda. Estoy tranquilo de que haya elegido al técnico, porque no soy su amigo.

"Hoy me doy cuenta de que era un burro"
--¿Cómo estás, deportivamente, a los 46 años?
--En mi primer campeonato con Peñarol, en el `94, pensé que dirigía bien. Y hoy me doy cuenta de que era un burro. La vida misma te va enseñando. Tengo varios años afuera, con campeonatos, finales y mucho conocimiento de esta zona.
--¿Ese puede haber sido un aspecto que consideró Lamas?
--Creo que sí. Hay jugadores que acá (en Venezuela) veo permanentemente. Pero a mí me encuentra en un buen momento y este reconocimiento le dio un color increíble a mi presente. Además, significa volver a la Argentina, aunque sea por poco tiempo. Más no puedo pedir.
--¿Este ingreso a la Selección puede ser el trampolín para alguna vez llegar a entrenador jefe?
--Ni lo pienso, te lo juro. Lo único que se me cruza es darle lo mejor a Julio, a estos jugadores y al básquetbol de mi país. Llevo mucho tiempo afuera y me reconocen como el argentino Néstor "Che" García.

"En el mundo profesional nadie te regala nada"
La última vez que Néstor trabajó como asistente fue en el Premundial de Neuquén, en 2001.
"El rol de asistente lo tengo muy claro --aseguró--, porque en todos los países donde estuve siempre mis colaboradores fueron diferentes, entonces, no tengo un solo formato. Tuve de todos los colores y de distintos idiomas".
--¿El asistente tiene que encastrar en el entrenador?
--Exactamente. El entrenador es el jefe. Uno tiene que estar detrás de él; hay que conocerle la cabeza. Sé lo que se siente siendo técnico cuando se termina un partido...
--¿En qué cambia la cabeza de un entrenador estando al frente del equipo o siendo asistente?
--A nivel compromiso nada. Si Julio sale campeón del mundo, somos todos campeones. No estuve en la selección argentina que salió campeón olímpica, pero me sentí campeón olímpico y al rato me llamaron de cinco países diferentes.
--¿Compartir la parte táctica, técnica y de intimidad con semejantes jugadores será como tocar el cielo con las manos?
--Esto es un sueño y un placer. En el mundo profesional de hoy en día nadie te regala nada, más allá que esta convocatoria de Julio y la aceptación de la Confederación lo tomo como un regalo hermoso. Y lo voy a disfrutar.
--Algo hiciste para recibirlo...
--Fueron muchos kilómetros recorridos. Por eso es tan especial volver a dirigir un torneo en mi país...
Te esperamos Néstor.

Manu lo banca. "El Che nunca me dirigió, pero tengo excelentes referencias de compañeros míos que trabajaron con él y me hablaron muy bien. Sin dudas que será un valioso aporte para Lamas", destacó Emanuel Ginóbili.

Dejaba todo por la celeste y blanca
--¿Cuáles son tus pasos a seguir?
--Estando acá (en Venezuela) es como que voy cargando las pilas para llegar a pleno. Faltan ocho partidos para el final de la etapa regular y después, los playoffs. Si Dios quiere y llegamos a la final, estaría en Argentina para el 10 de julio, justo para la preparación. Si no me daban los tiempos, directamente no aceptaba seguir dirigiendo acá.

Fernando Rodríguez/"La Nueva Provincia"

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