Cuando pensábamos encontrarnos con un Alejandro Vaccaro optimista en relación al futuro del básquet en el club, no fue tan así. Vaccaro arrancó contestando lo menos agradable: "El lunes por la tarde me reúno con el presidente del club para definir qué va a pasar. Tendría que haber ocurrido esta semana, pero se postergó el encuentro para el lunes".
Vaccaro, al ser consultado sobre si corría peligro la presencia de Boca en la próxima temporada, fue sincero: "No puedo asegurar nada, porque no hubo una decisión de parte de la dirigencia del club. El básquet está incluido en el presupuesto, pero hasta que a mí no me den la autorización, no puedo confirmarlo".
Vaccaro es consciente de que, si no salen al mercado esta semana, las posibilidades de hacer un equipo competitivo se van a achicar mucho, y no es la intención de nadie conformar un plantel que juegue para salvarse del descenso.
En los últimos días, Boca perdió a dos de sus jugadores clave (Gabriel Mikulas y Nicolás Aguirre ficharon por La Unión de Formosa), y hasta el asistente de Pablo D´Angelo se fue del club, para arreglar en Olímpico de La Banda.
El futuro es oscuro, y las perspectivas, no muy claras, ya que Boca está inmerso además en el conflicto del fútbol que envuelve a las renovaciones de Riquelme y Palermo. El básquet no ocupa el segundo ni el tercer lugar en las preocupaciones de Ameal.
El tema pasa porque la cúpula del club no entiende que la definición del problema deben hacerla ya, puesto que luego quedarán lejos del lote de punta. El año próximo hay elecciones y tampoco resultaría lógico que se sumen un problema político (por pocos que sean, los fanas del básquet de Boca ya demostraron que pueden hacer ruido interno) por desatender una cuestión que podrían resolver en media hora.
Fuente: BásquetPlus
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