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viernes, 18 de junio de 2010

INTERNACIONALES - NBA - LOS LAKERS SON BICAMPEONES





La pelota vuela a lo largo de todo el rectángulo de juego, Kobe Bryant corre solo a su encuentro con una sonrisa que hace el recorrido “oreja-oreja” dejando ver cada uno de sus dientes; Se terminaron las palabras, todo lo que se diga o se escriba de ahora en más quedará en un segundo plano: Los Lakers son, por segundo año consecutivo, campeones de la NBA. El mundo de básquetobl a sus pies, una vez más. Alcanzaron el anillo número 16 y están a tan solo uno de los Celtics, máximo ganadores desde siempre.

El duelo a lo largo de los siete juegos y a lo ancho de los Estados Unidos fue sencillamente apasionante, una final que quedará en la retina de todos y en los obesos libros da la mejor liga del mundo.

Ni Lakers ni Celtics se quedaron con algo, dejaron más de lo que tenían en busca de un título que, lógicamente, solo se puede llevar uno solo. Pero si algunos fríos exitistas dicen que “la historia la escriben los que ganan”, entonces quiere decir que existe otra historia, y es precisamente la que le contarán aquellos hinchas bostonianos a sus nietos, porque la entrega de su equipo fue sublime. Finalmente el marcador dice que Los Angeles se llevó el séptimo y último punto de la serie por 83 a 79.

Los dirigidos por Phil Jackson - entrenador más ganador en la historia de la NBA con 11 anillos - salieron victoriosos de una defensa rival asfixiante, que nunca les dejó exponer su juego vistoso. Incluso Bryant, nuevamente MVP de las finales, volvió a sufrirla: Fue el goleador con 26 puntos, pero terminó con 6/24 de cancha. No obstante tomó 15 rebotes.

No por nada los Lakers son considerados el equipo más talentoso de la NBA. En los momentos determinantes del juego apareció la calidad que los distingue, y allí se destacó Pau Gasol. El catalán dejó escapar a través de sus lágrimas toda la presión y la bronca acumulada de una serie muy desgastante y estresante hasta para este nivel de profesionalidad. Seguramente se habrá acordado de las palabras en su contra luego de aquella humillante derrota en 2008. Anoche, se despachó con gusto: Cerró su planilla con 19 puntos, 18 rebotes y 4 asistencias en 42 minutos, 7, 6 y 2 en el último cuarto.

Con una defensa implacable, los Celtics dominaron la primera mitad 40-34, aunque fallaron en muchos otros aspectos. Si bien dejaron a los Lakers en un 26% en tiros de campo, incluido un18% en triples (2/11); Eso les permitió ocultar sus problemas en los rebotes (les tomaron 15 ofensivos) y en ofensiva, en donde lanzaron un 44% de cancha y perdieron 8 balones.

Pierce lideró a una la ofensiva de Boston durante los primeros 24 minutos de juego con 11 puntos, sin embargo los de Doc Rivers tuvieron equilibrio a la hora de anotar: Cuatro jugadores terminaron con 6 (Garnett, Wallace, Rondo y Davis). Pero fue por los beneficios de su defensa que se despegaron 23-14 al término del primer cuarto.

Pero el mejor momento ofensivo de Los Angles llegaría en el inicio del segundo, cuando con un parcial de 10-0 pasó al frente 24-23; La racha llegó como consecuencia de tres equivocaciones consecutivas de su rival, que perdió la brújula y no encontraba el aro (1/8).

En medio del trámite parejo, la visita volvió a ajustar las clavijas en su propio aro, solo les permitió cuatro puntos a los Lakers en los últimos cuatro minutos del segundo cuarto y lograron irse a los vestuarios arriba 40-34.

Tras el entretiempo Boston salió más despierto, comenzó a darle el balón a Garnett, quien anotó 5 puntos para comandar una ráfaga de 9-0 que le dio la máxima a su equipo de 13 tantos (49-36) a falta de 8:24.

Kobe seguía sufriendo la pegajosa marca de Ray Allen, cuyos minutos en cancha se debieron a su “custodia” sobre la máxima estrella rival y no por sus cualidades ofensivas (13 pts, 3/14). Los dirigidos por Doc Rivers anotaron solo 17 puntos en el tercer cuarto, pero continuaban manteniendo atados a los Lakers en lo que, quizás, fueros los peores 12 minutos de las finales.

Bryant se encontró víctima de la presión que generó constantemente estas finales ante el rival de toda la vida. Por momentos pudo más su orgullo que su inteligencia y comenzó a forzar lanzamientos en momentos claves del juego.

Los Celtics entraron al último cuarto arriba en el marcador 47-53, pero Gasol estaba por dar una de sus mejores actuaciones en la NBA, si se tiene en cuenta el contexto. En la primera pelota que tomó convirtió un doble más falta (que no pudo concretar desde la línea) para dejar a Los Angeles a solo dos (55-57) con 11:43 en el reloj. La mayor diferencia sobre el final estuvo en los libres: Los Lakers metieron 16 de 21 lanzamientos en el último cuarto, y el ala pivot europeo encestó cinco de ellos (lanzó 9).

Los últimos 6 minutos estuvieron acorde a la jerarquía de ambas franquicias. Dereck Fisher (un tremendo jugador que hace a la perfección lo que el equipo necesita de él) clavó una bomba que empató el partido a 64 a falta de 6:13 para el cierre. Luego apareció - cuando no - Bryant con cuatro tantos al hilo, y le diola primera ventaja a los Lakers (68-64), liderazgo que nunca más cedería. El local completó un parcial de 9-0 y se escapó 70-64.

Parecía liquidar el pleito, pero Boston tenía otro as en la manga. Pierce (17 pts) y Garnett (18, más 10 reb) acercaron nuevamente a los Celtics 88-71. Sin embargo, allí apareció Gasol con su fiereza en los rebotes, una tapa a Pierce y dos puntos claves que le devolvió la ventaja de seis a “L.A” (76-70) con tan solo 1:30 por jugarse. Aunque nada estaría definido

Comenzó el “show de triples”: Primero de Wallace (de buen partido 11 pts, 8 reb) para dejar a Boston a solo 3, luego contestó Ron Artest, otra de las figuras de la velada, autor de 20 tantos y 5 recuperos, e inmediatamente hizo lo propio Allen desde la esquina. Gasol tomó un ofensivo determinante para que Bryant asegurar dos puntos más desde la línea (81-76), pero Rondo inyectó suspenso con otra bomba, la tercera consecutiva, con 13 segundos. Boston comenzó a cortar y Los Angeles no perdonó.

Sasha Vujacic encestó los foules y de a poco comenzó a desatar los festejos. La pelota voló en busca de Bryant, uno de los que mejor la trata. En sus manos se siente bien, ahora con una de ellas está completa de anillos.

Foto: Gentileza ESPN.com

Sebastián Ciano

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