Todos sabían que era un momento pasajero. Que era algo ficticio, temporal, breve. Más en Túnez congelarían cada uno de los instantes de la primera mitad en los que el equipo nacional ha tuteado a Estados Unidos, metiéndole el miedo en el cuerpo en varios instantes.
El primero, el inicial, con cuatro puntos consecutivos de Rzig para poner el 0-4. Los norteamericanos empataron pronto pero se quedaron estancados en los 4 puntos, frente a una defensa tunecina que más que buena, era intensa y cargada de ilusión. Un 7-0 adverso no calmó la sed de los africanos , que basaban todo su juego ofensivo en la inspiración de Rzig y, especialmente, Kechrid. Entre ellos anotaron los primeros 19 puntos del equipo, lo que le valía a Túnez, que no dejaba de capturar rebotes ofensivos, para mantener viva la emoción.
Estados Unidos, muy fallón en el triple durante los 15 minutos iniciales, puso la directa de la mano de Curry para alcanzar los diez puntos de diferencia (28-18, m.13) pero, para sorpresa de todos, Túnez volvió a prolongar su particular cuento de hadas, con cinco puntos de Hadidane: 30-28 (m.18)., respondiendo las posteriores intentonas norteamericanas, hasta el punto de llegar al último minuto con opciones de poder irse con ventaja a vestuarios. Sin embargo, cuatro puntos seguidos de las estrellas NBA, desnivelaron la igualdad al término del segundo cuarto: 39-33.
No duró mucho más la resistencia tunecina. Más bien, lo que tardó Estados Unidos en afinar la puntería desde el 6,25. Gordon amagó con romper y, en las postrimerías del tercer periodo, un par de triples de Curry y del propio Gordon le quitaron cualquier tipo de épica al choque: 63-44. El último cuarto se le hizo eterno a los africanos, que encajaron en 20 segundos 8 puntos seguidos de Gordon (71-47) y, de ahí al término del encuentro, fue una agonía para unos y una forma de desquitarse de los nefastos dos primeros cuartos para otros, hasta un 92-57 que poco muestra lo que se vivió en la cancha.
Fuente: ACB.com
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