Día duro para jugar un partido que define muchas cosas. Ser quintos no es lo mismo que ser octavos o séptimos, pero mentalizarse después de una derrota como la de ayer, tampoco es fácil.
Argentina arrancó bien, volviendo a utilizar a Luis Scola como arma ofensiva en ataque (8 puntos en el cuarto), y con Oberto también accediendo a zona de gol cerca del cesto (4).
Además, con una defensa más sólida que la de ayer (busca que no reciban juego los grandes), los resultados fueron buenos. Rusia propone una zona blanda, permeable, que Argentina ha perforado (15-11 primer cuarto).
En el arranque del segundo, un par de buenas defensas le permitieron a Argentina sacar una diferencia importante teniendo en cuenta el bajo tanteador (22-11), lo que favoreció a Hernández para rotar el banco de otra manera.
Así, entraron Román González y Federico Kammerichs, además de Cequeira (obligado por las dos faltas de Prigioni). No resultó. La distancia se achicó a 2 (22-20) y hubo que volver a poner a Súper Luifa.
La buena noticia llegó con las 3 faltas de Mozgov, y la mala con el despertar de Monya, dormido ayer y caliente hoy: 3 triples seguidos y 12 puntos en total. Con el regreso de Prigioni/Scola, se generó más atención en la pintura y eso le abrió espacios a Delfino (8 puntos casi corridos).
Lo mejor, de todos modos, vino en defensa, donde el equipo se amigó con la actitud y la agresividad. Y otra buena noticia: tercera falta de Monya, el tirador implacable (hoy).
No se atacó bien en los últimos minutos y por eso el cierre terminó siendo con una ventaja mínima a partir de dos triples de Khvostov: 36-33. Scola, con 17, lidera a Argentina, y Monya, con 12, a los rusos.
No cambió mucho la historia en el tercer cuarto: Argentina arriesgando el tiro de tres de Rusia (por suerte no tan efectivo), y buscando el pick and roll adelante entre Prigioni y Scola.
De todos modos, no sobra absolutamente nada, porque el cansancio también cumple su rol y se empieza a sentir, sobre todo en los errores no forzados.
Con Mozgov en cancha, además, lanzar cerca del cesto se convierte casi en una odisea, por los larguísimos brazos del 2.15, futuro pivote de los Knicks en la temporada próxima.
Con Jasen lesionado y Scola impreciso, Rusia lo aprovecha para ponerse otra vez a tiro, aunque falla cuando tiene el lanzamiento abierto. De todos modos, está mucho más entero que Argentina.
Scola, que anotó apenas 2 puntos en este cuarto (19), necesita más balones para generar faltas, aunque no está certero desde la línea (3/6). Con un triplazo de Leo desde 8 metros, Argentina se pone 54-52.
Los últimos 10 minutos son puro nervio. Argentina, para dosificar energía, sigue con una zona que Rusia no ataca con mucha inteligencia ni convicción.
Con Oberto y Scola juntos, más Delfino atacando (¡qué lástima que no la pasa más en el pick and roll!), Argentina llega a sacar 7, y no más, porque tiene una mala noche desde la línea (10/20).
Una ayudita de los jueces (un par de faltas no cobradas), y Scola más liberado para tirar ante la quinta de Mozgov (27 de Luifa), los de Hernández toman un respiro, para irse 67-58 arriba a 2m39s del final.
Una bomba de Delfino puso una luz casi decisiva a 1m40s del final (70-61), y por suerte esta vez no hubo sustos: 73-61 y victoria, para chocar ahora el domingo, a las 15 de Turquía (9AM de Argentina), ante España, en un hermoso duelo por el quinto puesto, que no está nada mal.
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