Fueron dos de las grandes columnas en las que se sostuvo el equipo en el torneo, junto con el cuarto guerrero, Fabricio Oberto, que se perdió varios partidos por su problema estomacal.
Pablo Prigioni y Carlos Delfino se metieron entre los mejores jugadores del Mundial, más allá de sus tremendos números, a saber: Prigioni fue el líder en asistencias del campeonato (tercera vez que lo logra un argentino), con 6.4 de media. Lo de Delfino fue estupendo: 20.4 puntos (cuarto en la general) y 36.3 minutos (primero), además de 2.8 asistencias y 2.0 recuperos. Un fenómeno.
"Me hubiese gustado que contra España hubiésemos jugado el partido de la noche y no el del quinto puesto. Pero bueno, hacía 16 años que no les ganábamos, veníamos perdiendo mucho. No les podíamos ganar nunca, y hoy demostramos mucho deseo y determinación, queríamos ganar", dice Prigioni.
"Dejamos claro cuando perdimos contra Lituania, al día siguiente, que nos queríamos plantear un minitorneo entre los cuatro que quedábamos, porque no era lo mismo ser quintos que octavos. Quisimos ganar más que Rusia y hoy quisimos ganar más que España. Nos merecemos el quinto lugar", continúa el cordobés.
Y se anima a pensar a futuro. "Yo creo que ahora nos vamos felices porque terminamos ganando. Tenemos todos una temporada larga todos, y allá a lo lejos está Mar del Plata. Ojalá podamos estar todos y en buenas condiciones para poder hacer el mejor torneo posible en la Argentina".
Delfino agrega: "Este es el primer pasito para, después de Mar del Plata, ir por una medalla a Londres. Este equipo tiene un orgullo y una unión tan grande que ya está pensando en eso. Quedamos dolidos porque pensamos que podíamos estar más arriba y lamentablemente en un torneo tan cruel, tan parejo, nos tocó quedar afuera en ese partido que nos fue mal, pero ojalá podamos empezar a construir ya esa medalla, más enteros, con menos lesiones".
El santafesino también habló de su torneo individual. "Mi puntuación o mi clasificación va de la mano del equipo. No conseguimos lo que vinimos a jugar, pero me voy conforme porque tuvimos el objetivo muy cerca".
Y sobre si se ve liderando a la próxima generación, dice: "Nunca voy a ser líder, soy jugador de equipo, uno más, que intenta hacer cosas para que el grupo sume. Nunca sería capitán o líder. Me gusta ser el pegamento que une las cosas. Mientras al equipo le sirva, voy a ser el más feliz de la tierra. Este equipo tiene líderes como Luis, como Pablo, como Sergio. Yo solo soy líder poniendo música en el colectivo, nada más".
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