Si bien es cierto que la NBA nos queda lejos, la expectativa que se generó en la Argentina para el sexto partido entre Memphis y San Antonio tras el milagroso triunfo de los Spurs en el quinto hacía rato que no se daba.
La forma en la que se había dado ese partido, ganado por SA en suplementario, había llevado a muchos a pensar que el golpe anímico iba a afectar a los Grizzlies y a potenciar a los Spurs.
En el arranque, sin embargo, ocurrió todo lo contrario. Del 2-0 de San Antonio se pasó a un 14-2 para Memphis (parcial 14-0), marcando un poco lo que sería el juego: un equipo con mucho hambre de gloria (Memphis) y otro sin la actitud necesaria para revertir una situación muy incómoda (San Antonio).
Curiosamente, en el comienzo, Conley se puso en 2 faltas a los 2 minutos, lo que obligó a Lionel Hollins a meter al venezolano Greivis Vázquez antes de tiempo, y el latino le hizo un desastre a los Spurs: 8 puntos en el primer cuarto.
Memphis no pudo mantener los 12 de luz en el segundo cuarto (los Spurs controlaban a Randolph), y se fue al descanso largo apenas 3 puntos arriba (46-43), porque Bonner entró derecho (9) y porque dejaron de pasarse el balón como al principio.
San Antonio, jugando horrible, especialmente en el inicio, estaba en partido. Salió al tercer cuarto un poco más enchufado y con un triple de Ginóbili igualó en 48, pero estaba claro que con Duncan bajísimo y con Jefferson absolutamente desaparecido, le iba a resultar muy difícil si Ginóbili y Parker no estaban perfectos. Y ninguno de los dos lo estaba.
Manu estuvo muy impreciso con el tiro y con los pases y al francés le costó muchísimo superar con penetraciones la primera línea defensiva de Memphis, mérito de un planteo excelente, con Allen sobre Manu.
Los Grizzlies volvieron a sacar una distancia medianamente importante (70-63), cuando Ginóbili cerró el cuarto con un triple de media cancha, sobre la bocina. ¿Era el comienzo de la resurrección? Negativo.
El último cuarto, pese a que San Antonio llegó a pasar al frente 80-79 luego de una ráfaga de Manu (dos dobles seguidos) y un tiro externo de McDyess, tuvo un dueño absoluto: Zach Randolph.
El Gordo se comió la cancha: 17 de sus 31 puntos los metió en ese período, 13 de ellos después del 80-79 mencionado. Y de todos los colores: gancho, tirándose hacia atrás, de frente, chocando y desde la línea de libres.
Los Spurs se quedaron sin respuestas (nunca las tuvieron, a decir verdad) y los segundos se fueron consumiendo mientras Randolph hacía su trabajo y nadie podía impedírselo.
Fue 99-91 para Memphis, que no solamente ganó su serie de playoffs 4-2, sino que logró varias marcas:
a) Nunca había ganado un partido de playoffs en su historia (0-12) hasta el comienzo de esta serie.
b) Fue la cuarta vez que un equipo ubicado 8 voltea al 1 en la primera ronda (1994, 1999, 2007).
c) Nunca un entrenador había derrotado en una serie de playoffs a otro que le llevara tantos triunfos de ventaja en postemporada. 0 de Hollins contra 108 de Popovich.
Los Spurs se despidieron así del torneo, que había comenzado bárbaro y termina de la peor manera. Duncan tiene opción en este receso de optar por salirse de su último año de contrato con el equipo. ¿Seguirá o esto habrá sido demasiado duro para él? Todo indica que querrá retirarse de una mejor manera.
Los números de Ginóbili en su último partido: 16 puntos (4/6 dobles, 2/8 triples, 2/2 libres), 2 rebotes, 2 asistencias y 3 recuperos en 33m47s. Parker, con 23, lideró a los Spurs. Randolph, la figura de la cancha, finalizó con 31 puntos y 11 rebotes. Los Grizzlies se enfrentarán ahora a Oklahoma City con desventaja de localía. La otra serie del Oeste será Lakers-Dallas. En el Este, Chicago-Atlanta y Miami-Boston.
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