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lunes, 18 de abril de 2011

LIGA NACIONAL - Osella: "Me voy tranquilo porque dejamos al equipo en la A"



“Un gran aplauso para Diego Osella, quien hoy se retira del básquetbol en Sionista”, dice la voz del estadio en el Moisés Flesler. El cordobés mira hacia arriba y levanta sus manos, como agradeciendo el cariño de todo un estadio que lo ovaciona. Sus compañeros lo levantan. Lo cargan en sus brazos. A él se le llenan los ojos de lágrimas. Se le vienen mil imágenes a la cabeza. Entonces parte al vestuario. A la salida, tan sólo unos pocos minutos después, acepta el mano a mano con Vale Tres.



-¿Ya tomaste la decisión de retirarte o todavía puede pasar algo como el año pasado que a último momento cambiaste de opinión?
-No, no. Fue un año muy duro. Yo quería terminar jugando este año. Lo pude lograr. Al momento de tomar la decisión de venir a Sionista hubo una parte difícil, que fue dejar a toda mi familia en Córdoba durante tanto tiempo, con tres chicos y mi nena que nació hace cinco meses. Dejar todas esas cosas afuera no es algo que quiera hacer un año más. A esta edad, con mi familia y todo... Ya está. Creo que es una excusa para dejar el básquet. Una excusa entre comillas, ¿no? Pero pesan mi familia y todas las cosas que tengo en Córdoba, más allá de que acá la pasé muy bien. Deportivamente no se dieron las cosas, pero siempre tuve el apoyo de la gente, los dirigentes y los chicos. Así que me voy tranquilo y contento, principalmente por el grupo. Este equipo sigue en la A, que es el lugar donde tiene que estar.



-El básquet sin dudas que para vos es una pasión, pero también lo es tu familia. ¿La decisión la tomaste exclusivamente por la familia?
-Por todo. En un momento uno tiene que decir basta. Más allá de que me sienta bien o no, ya son muchas cosas las que uno tiene sobre el lomo. Años, físico, todo. Y, bueno, uno siempre quiere seguir pero también tiene que encontrar el momento justo para decir basta en un nivel aceptable de juego. Tampoco quiero seguir y seguir hasta que me digan basta desde afuera. Yo creo que dentro de las posibilidades que tuve en el equipo rendí bastante bien por momentos y me sentí cómodo. Pero me quiero me retirar así. Tranquilo. Tranquilo conmigo mismo por haber estado en un equipo en el que pese haber sufrido lo dejamos en la A.



-¿Cuesta dar un paso al costado después de un carrera tan larga, no?
-Cada vez más larga. Yo cada vez la estiré más. A los 32 o 33 ya quería dejar de jugar. Se me dio, por suerte y por algunas cosas que tiene el destino, lo de seguir jugando. Y ahora tengo 41. Es duro decir que no. Pero hay que aceptarlo. Ya estoy decidido a dar un paso al costado. Estoy tranquilo con toda mi carrera y feliz por haber hecho esto durante tantos años. Así que, bueno, ahora se viene otra cosa.



-Después de una decisión tan importante que te planteaste durante tanto tiempo, te debés haber imaginado ya un futuro sin la obligación de entrenar todas las tardes, sin jugar más al básquet...
-Me imagino una vida completamente diferente. Quizás sienta más el retiro en el momento en el que empiece todo el movimiento de la Liga y yo esté en mi casa. Ahí será la parte más dura. Pero tengo una familia que me apoya y muchos amigos. Tres de mis cuatro hijos son varones. El más grande ya me está pidiendo por favor que vaya para Córdoba para entrenar con él. Voy a seguir ligado al básquet, poniendo todo lo que sé en el futuro, que es mi hijo. Esa será una meta que me voy a poder poner dentro del básquet, no jugando pero siguiendo la línea de los Osella.



-La carrera de los deportistas termina siendo corta. Uno dedica toda su vida a eso, desde chico cuando sueña con llegar. Y llega el momento en el que todo se acaba y es justo en la mitad de su vida, no casi al final como le pasa al resto de la gente. ¿Cómo se supera eso?
-Va a ser duro. Eso es lo que siempre supe escuchar de la gente que ya se retiró. Yo estiré mucho mi carrera. Muchos amigos míos ya están en otros momentos de sus vidas. Hay que aguantar, ponerse fuerte y buscar otros objetivos de vida. Yo siempre pongo a mi familia adelante. Quiero que ellos vivan de la mejor manera posible. Nunca voy a bajar los brazos, porque no es mi manera de ser.



-¿Qué sensaciones se te vienen a la cabeza en este momento?
-La verdad es que hoy me sentí como en el primer partido. Estaba nervioso. Quería que terminara ya. No quería sufrir más. La verdad es que sufrí mucho. Quería terminar mi carrera acá ganando la serie. Pero ahora estoy feliz, tranquilo y relajado, con muchas ganas de disfrutar de esto con todos estos chicos que me han aguantado durante tanto tiempo. Pero quiero disfrutar de mi familia. Eso es lo que tengo realmente en la mente en este momento. Estoy extrañando mucho. A mi familia hace más de un mes que no la veo. Sé que después se me vendrán muchas imágenes de todo, del básquet, de que ya uno está y de todo lo que pasó. Pero me saqué una mochila muy grande que era la de terminar bien este año.



-¿Cómo te levantaste esta mañana?
-El fin de semana estuve con mucho nerviosismo. Tenía una ansiedad tremenda y muy mal humor. Por suerte estaba solo. Pero, como dije antes, sentí el nerviosismo que hacía muchos años que no tenía. Quizás el final de mi carrera fue como el principio. La sensación que tenía en el comienzo la tuve ahora, porque quería terminar la serie y hoy festejar para poder volverme a mi casa.



-Dejaste tu marca en la Liga Nacional y en la Selección argentina. Pero a partir de ahora ya no te van a poder ver jugar. Seguramente, entonces, van a verte muchos chicos en la tribuna y le van a preguntar a sus padres cómo jugaba Diego Osella. ¿Cómo jugabas, Diego?
-Yo la verdad que principalmente tengo agradecimiento por todo lo que aprendí en el básquet. Siempre fui un jugador de equipo. Lo que aprendí de los grandes jugadores que tuve al lado fue que jugar en equipo te lleva a conseguir cosas. Cuando salí campeón con los equipos que jugué fue porque teníamos justamente un equipo bárbaro, en el cual nos apoyábamos entre todos. Eso es lo que uno disfruta. Jugar y dar lo que uno puede.



-El tiempo te enseña que lo más importante no es el gol finalmente.
-No, seguro. Yo creo que no. Algunos lo tienen muchos más fácil que otros y otros tienen una mayor responsabilidad para hacer eso. Pero los equipos grandes que consiguen cosas lo hacen porque están unidos. Cuando uno tiene que defender sólo a uno o a dos eso no es lo correcto. Eso, a ese equipo, no lo va a llevar a ganar campeonatos. A veces te toca un año o dos ser goleador o ser mejor que otro compañero. Pero al final el equipo es lo más importante que hay.



-Se te nota maduro en tus pensamientos. ¿Qué enseñanza te dejó el básquet?
-Yo hace más de veinte años que juego. La mitad de mi vida o más la he dedicado a esto. Mis amigos, mis hijos y mi familia están relacionados al básquet. Es un mundo realmente hermoso. Ojalá que mis hijos puedan seguir esta carrera y jugar a este deporte tan sano. Uno disfruta mucho. El básquet es mi vida y lo ha sido durante mucho tiempo.



-¿Ya te imaginás aplaudiendo a tus hijos en la tribuna?
-Sí. Y sufriendo, seguramente...


Fuente: valetres.com

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