Hernández: "Nocioni vale todo el dinero que se pueda poner"

En radio, una entrevista con Sergio Hernández puede ser casi interminable, pasar por mil temas distintos, y no decaer jamás. Para gráfica, es casi el entrevistado ideal: de cada respuesta suya podría extraerse el título de la nota (y eso también es un problema: porque deja decenas de títulos picando y sólo se puede usar uno). “El Oveja” pasó anoche por los micrófonos de Todo Red, en un diálogo imperdible con Fabián Pérez y Leo Montero.

De la ilusión por ver a Andrés Nocioni jugando algunos partidos con la camiseta de Peñarol al análisis de lo ocurrido con la Selección Argentina en los Panamericanos de Guadalajara, el entrenador pasó por muy diversos temas y mostró toda su capacidad conceptual y analítica, mientras disfrutaba en Olavarría de un día libre junto con su familia.

–De una: ¿va a jugar Nocioni o no va a jugar Nocioni?

Y… no creo. Es muy difícil. De todas maneras, como sigue el lockout de la NBA, la esperanza no se pierde en Peñarol. A mí me cuesta creer el tema de la NBA: yo estoy todos los días pensando que me voy a levantar y van a decir “Empieza la NBA mañana”. Algunos dicen que va a empezar, como temprano, el 1º de diciembre. Pero entonces, los jugadores tendrían que estar allá el 10 de noviembre, porque al menos 20 días tienen que entrenar. Además, ustedes saben cómo es la situación del “Chapu” con Philadelphia, porque declararon que no lo iban a poner en el equipo, así que hay que traspasarlo. El día que se levante todo esto, empieza el lío. Porque ahora ni siquiera pueden tener contacto con el jugador. Está complicado el tema. Por ahora está entrenando…

–Nosotros tenemos la esperanza de que juegue aunque sea el Súper 8.

–¡Ojalá! Ojalá por Peñarol. Pero olvídense que yo soy el técnico de Peñarol: si me decís que Nocioni va a jugar en cualquier otro equipo de la Liga Nacional, también me pongo feliz. Obvio, prefiero tenerlo yo, pero sería una alegría enorme que pudieran jugar en nuestra Liga aunque sea un partido Ginóbili, Scola, Nocioni, Oberto o Delfino.

–Está claro: no sólo por Peñarol, sino por la Liga.

–La verdad, no estoy metido en la negociación, pero está la posibilidad de que juegue un NBA del calibre de este jugador, varios años el mejor alero de Europa, un crack, un tipo respetado en el mundo, un NBA consagrado. Yo creo que Argentina no se puede dar el lujo (de desperdiciar esta chance), si está la posibilidad de que el jugador juegue, y él tiene la voluntad de hacerlo. Me parece que vale todo el dinero que se pueda poner. Y estamos hablando de una Liga Nacional que mueve millones.

–Además, con las recaudaciones y una empresa privada, el jugador se paga solo.

–Definitivamente no es un mal negocio. No es un dinero gastado, sino invertido. Yo creo que Peñarol puede, está en condiciones, porque tiene un estadio acorde, porque tiene un presente muy bueno, que le permite tener entradas a un valor importante, que le permite meter 8 mil personas por juego… Después hay que ver si eso se concreta: si “el Chapu” viene, si la cancha se llena. Pero ese es el sueño, esa es la idea: que Nocioni pueda jugar, imaginemos el Súper 8. ¡Y después hay que jugar el Súper 8 y ganarlo! Porque perdés el primer partido y adiós Peñarol y adiós Nocioni. Je.

–Si bien Scola también se entrenó en Obras y Borro (el presidente del club) también se entusiasmó, lo del “Chapu” es lo más cercano.

–Al menos es el único que declaró que si el lockout de la NBA continuaba, tenía la decisión de jugar en la Argentina. Hay diferentes situaciones: hay jugadores con contrato y sin contrato. No es lo mismo Oberto que Nocioni, Scola, Ginóbili o Delfino. La calidad lo indica y el pasado lo indica, pero no están atados a la NBA…

–Si bien todos necesitan estar en movimiento, “Chapu” declaró que necesita jugar. Y Scola y Delfino están jugando hoy un partido en Santiago del Estero.

–Quiero felicitar a la gente de Santiago por el esfuerzo que han hecho. Presentar en tu ciudad y tu provincia a dos jugadores como Scola y Delfino, en Santiago y La Banda, es para destacar. Sabemos el esfuerzo que es y la organización que implica llevar a dos estrellas como ellos. Es sacar el verdadero jugo de que, por un accidente, estos jugadores estén acá: el lockout. Hay gente que lo sabe aprovechar y celebro muchísimo.

“TENEMOS UN PRODUCTO MEJOR DEL QUE VENDEMOS”

–Con tu experiencia, ¿qué análisis hacés de la actualidad de la Liga Nacional?

–Coincido con la mayoría con que la Liga está creciendo año a año desde el problemita del éxodo masivo, no sólo del básquet, sino del país: llegamos a tener más de 200 jugadores afuera. Después de eso empezó a levantar la Liga. Y hace ocho o nueve años, la Liga cada año es un poquito mejor. En algún momento nos quedamos vacíos, porque ni siquiera extranjeros podíamos tener. No es exacto, pero teníamos los 200 mejores jugadores afuera y la mayoría de los equipos se tuvieron que desprender hasta de sus extranjeros, por lo que valían en dólares. Desde ese debacle, la Liga ha ido mejorando, también de la mano del país, porque nada puede mejorar por sí mismo. La vuelta de los jugadores de Europa, la mejoría en la calidad de extranjeros, la vuelta de entrenadores, primero Julio (Lamas) y después Rubén (Magnano), aunque se volvió a ir, todo eso ha ido levantando el nivel de la Liga. Entrenadores que eran muy jóvenes hace algunos años hoy ya tienen experiencia. Y la mejora de los presupuestos también. Esta temporada no es la excepción y se ha dado un paso delante.

–¿Qué candidatos asoman?

–Como en toda Liga, todos parecen candidatos a ser campeones. Hay que esperar que se decante un poco, ver qué equipo es capaz de explotar al 100 por ciento el potencial de nombres que tiene, qué equipo soporta derrotas y triunfos de buena manera, qué equipo levanta su nivel a medida que va transcurriendo la competencia y qué equipo lo baja, qué ciudad o club tiene más paciencia y apoya a sus equipos, y cuál se pone histérica y perjudica al club. Pero sí: estamos ante una Liga tremendamente pareja, sin candidatos definidos, de decir dos. Podemos hablar de varios…

–Hablemos de varios, entonces. ¿Cuáles serían?

–Obras, Regatas Corrientes, Quimsa, Peñarol, Weber Estudiantes, Atenas, Sionista que ha hecho un inicio de Liga impresionante. Fíjense la cantidad que estoy diciendo. Y de ninguno me pueden decir “Éste es una moda”. Uno sabe cuándo un equipo está sobreproduciendo y se cae, pero estos equipos tienen plantel para sostener eso. Y me debo estar olvidando de alguno…

–Libertad…

–Libertad. Y tampoco es fácil ir a ganar a Comodoro Rivadavia o a San Martín de Corrientes. Y veremos qué hacen algunos equipos que hoy no están bien, pero que tiene margen, porque lo de los tres extranjeros, la única ventaja que le veo es que te da un margen grande para mejorar el equipo. Fíjense: ¿a qué altura de la temporada pasada vino Lou Roe?. Imaginen ahora, a un Quilmes, a cualquiera que nombre, que le caiga un jugador como Roe. O como en su momento fue Kyle Lamonte. Y más allá de eso, La Liga está muy linda y veo estadios con más gente. Lo que veo me gusta. Celebro eso, porque ustedes saben que soy crítico, no del juego, porque en Argentina se juega bien, pero sí del producto, porque tenemos un producto mejor del que vendemos.

–¿Qué le cambiarías, desde tu visión?

–Hablo desde la ignorancia, pero desde la experiencia de más de 20 años en la Liga: casi 22 años. Lo que veo mal es que los clubes se quejan de la Asociación de Clubes cuando son ellos mismos. La asociación de clubes es justamente eso: una asociación de clubes. No hay una AdC por un lado y los clubes por el otro. Los clubes están esperando que la entidad madre haga todo sin hacerlo individualmente. Ahora se destacan cosas que ahora hace Weber Estudiantes, como antes lo hizo Peñarol o Atenas. Esas cosas deberían estar regladas. Ya ningún equipo podría jugar sin “adornar” su espectáculo: no podrían faltar ciertos condimentos de entretenimiento, de publicidad, de marketing. Veo que la gente va a una cancha, donde se ve un cinco contra cinco, donde se corta el aire con un cuchillo, y donde sólo importa el resultado o el fallo del árbitro. Y en el Preolímpico, los 8 mil que estábamos en la cancha queríamos ganar, pero aun cuando Argentina estaba perdiendo, había un tiempo muerto y todos nos desenfocábamos y le prestábamos atención a otra cosa que estaba pasando adentro de la cancha. Y eso hacía que se descomprima la situación y que estuviera toda la familia disfrutando. Me parece que el deporte pasa por ahí. Les recomiendo un libro, “Liderazgo y Guardiola”, donde al principio habla una periodista y cita una frase de un dirigente de otra época del Barcelona, que decía que ellos no competían contra otros clubes, sino contra Disney o Cirque du Soleil. Se consideraban una empresa de entretenimiento, con un producto principal que es el fútbol y subproductos como los jugadores, y en este caso el entrenador, que vende mucho. Me llamó la atención la concepción del espectáculo.

–Como en la NBA, donde podés llevar a tu señora, que puede no entender de básquet, y se entretiene lo mismo. Y hay tiros al aro, bailarinas, cantantes.

–Lo que pasa es que por ahí te dicen: “No nos vas a comparar con la NBA”. Me parece que es un producto muy mejorable el espectáculo que hacemos. Es mentira que la gente va a la cancha si tenés los mejores jugadores. Estuvimos ocho o diez años con que ésta era una Liga de cabotaje… Es mentir que la gente no iba a la cancha si los mejores estaban en la NBA o en Europa.

–Si no, sería mentira que en las últimas tres finales entre Atenas y Peñarol se llenaban el Polideportivo o el Orfeo cada dos días.

–Yo creo en lo que presentaron Atenas y Peñarol, más allá de estar beneficiados por un estadio, al cual podrían no ir, porque Atenas podría no haberse mudado al Orfeo. Atenas es un ejemplo de un club que colabora con esto. Más allá de que alguno pueda decir: “Sí, iban ahí porque recaudaba más”. Sí, pero también, por otro lado, priorizó el espectáculo. Son ejemplos que faltan. Como ahora felicito a Quilmes por haber decidido jugar en el Polideportivo. Me da gracia cuando nos dicen: “Ustedes no tienen cancha”. ¿Y qué te creés, que San Antonio Spurs tiene cancha, que Chicago Bulls tiene cancha? No tienen cancha. Está el Alamodome, el AT&T Center, donde se hacen 200 mil espectáculos y uno es el básquetbol.

–Ahí tenés un estadio para beneficiar a una ciudad, como lo quiere hacer “Manu” en Bahía, como lo tienen en Mar del Plata o en Córdoba, con el Orfeo, y como podría ser el Luna Park, en Buenos Aires, con más básquet. Hablábamos aquí y decíamos, si se hace una doble jornada, por ejemplo Boca-Peñarol y Lanús-Obras, ¿no metés más gente que lo que meten en conjunto Obras y Boca?

–Buenos Aires es el ejemplo más grande de que es un producto mal vendido. Porque en otras ciudades del interiores es normal que vaya más gente, porque hay menos cosas para ver o para hacer. Y la gente se vuelca a una actividad, donde el básquet es el principal espectáculo nacional o internacional que pueden tener en el lugar. En Buenos Aires tenés que competir contra muchas otras cosas. Y en Buenos Aires, lo que se vende bien, la gente lo compra. Porque algunos cantan el “Arroz con Leche” han metido 14 Luna Park seguidos. Buenos Aires es el mejor ejemplo de que el básquet está mal vendido, porque no se consume básquet. Buenos Aires es el lugar con mayor potencial para vender un producto.

“ES MUY DIFÍCIL FOGUEAR A JÓVENES SI NO ESTÁN ACOMPAÑADOS DE FIGURAS RELEVANTES”

–¿Viste a la Selección en los Panamericanos?¿Qué conclusión sacás?

–Es difícil para mí, que soy un entrenador recién salidito. Lo he hablado con Germán Vaccaro, el presidente de la Confederación (CABB), que tenemos que tomar a los Panamericanos con una idea mixta: es muy difícil foguear a jóvenes si esos jóvenes no están acompañados de figuras relevantes. Por ejemplo, en Puerto Rico vi algunos jóvenes, apuntalados por Barea, Santiago, Balkman y Arroyo, lesionado. Brasil hizo algo parecido, con Murilo, Nezinho, Guilherme, Marcelinho, más un lote de jugadores jóvenes. No importa el promedio de edad. Importa decir: “Quiero foguear a estos seis o siete u ocho jugadores”. Igual, hubo gente de experiencia: Sandes, Cequeira y Alloatti demostraron su experiencia. Tengo entendido que a Mainoldi y a Figueroa no se les permitió ir, Marcos Mata se lesionó a último momento, y no son jugadores de gran edad, pero con muchos más partidos. Si no, no se puede ver la realidad de un Nico Romano, de un Pablo Espinoza, de un Juan Fernández o de un “Chuzito” González, porque tienen que tomar unas responsabilidades y un rol para el cual no están preparados. La situación lo supera. Entonces por ahí vemos opacada la actuación de algún jugador o del equipo de manera falsa. Defiendo enormemente al equipo: me parece que tuvimos un muy mal partido con México y después tuvimos un digno torneo, con casi un accidente con Canadá, que nos puede pasar a cualquiera, y me ha pasado muchísimas veces de no cortar con falta. Hicimos un enorme partido con Puerto Rico. Y con México, ante mucha gente y mucho calor, se notó que estuvieran apuntalados por tres o cuatro jugadores que estén acostumbrados a jugar en ese contexto. Y después hicimos un partido normal con Uruguay, un día difícil para jugar, por un séptimo lugar. Y los dos dejaron la piel para subir un puestito más. Muchos dicen: “Habría que ir con la Sub 19”. Sería un error ir con la Sub 19. Cuando yo estuve como entrenador en jefe, como responsable de las selecciones, fuimos a China y Australia con un equipo similar, el año pasado. El error fue elegir mal los rivales: elegimos dos equipos muy poderosos, que después iban a jugar el Mundial de Turquía, y perdimos por 40, entonces no conseguimos el objetivo.

–Y no le sirve a nadie: ni a los que ganaron por 40 ni a los que perdieron.

–No nos sirvió. Yo lo hablaba con Germán, diciéndole que la Confederación tenía que seguir haciendo la proyección 2014 en torneos no oficiales, para tener cierto margen para hacer pruebas, pero tenemos que elegir mejor los rivales. Pero todo es experiencia. A los que no hay que caerles, para nada, es a los jugadores ni al cuerpo técnico, sino a todo el básquet, a nosotros, a la organización. Y no le estoy cayendo, sino que estoy dando mi opinión. Malo sería que yo no diga nada, porque no puedo no decir nada. Tengo que dar por lo menos mi punto de vista, aunque algunos no lo compartan. Pero es lo que yo veo. No tenemos que confundir de qué manera tenemos que hacer el recambio. Y recuerdo lo que digo, y ahora que estoy afuera de la Selección: el último eslabón de la cadena para la renovación de la consagrada Generación Dorada es la Selección. Los que tenemos que hacer mejor las cosas somos los clubes, en detección de talentos, en reclutamiento, en no tener a jugadores de 1,95 jugando de 4 por necesidad. A León Najnudel le decían: “Si lo ponés a Nocioni de 4 te va a convenir más”. Y él decía: “Al que no le va a convenir es a Nocioni y a la Argentina”. Y tenemos que renovar ese pensamiento y animarnos a hacer cosas. Si me preguntás rápido, Nico Romano, Pablo Espinoza y Matías Sandes tienen que jugar como aleros, no digo en la Selección, sino en sus clubes. Ojo: yo entiendo a los clubes, porque esos jugadores rinden ahí. Pero tenemos que buscar la vuelta para entender que si queremos subir tenemos que hacer lo que hicimos hace muchísimos años atrás. Y hoy lo estamos haciendo mal y lo sufre la Selección. No hay muchas vueltas. Y ahí somos responsables los clubes. La mayoría la estamos haciendo mal.

–Gracias por opinar, porque estás en una posición complicada: fuiste técnico de la Selección hace poco y también tu equipo fue a jugar unos Panamericanos.

–Y también nos fue mal, en resultados. Tampoco fue tan visible: porque fue ganar un partido menos. Estos chicos ganaron dos partidos y perdieron dos, y en uno le metieron un triple faltando un segundo. Si vamos a decir que el resultado no es lo más importante, no es lo más importante: lo más importante tiene que ser la promoción de jugadores. Pero hay que rodearlos de tres o cuatro jugadores que puedan ponerse el equipo al hombro y que los chicos más jóvenes puedan jugar sin la presión que existe en un torneo de esas características.

Fuente: www.recontravaleradio.com.ar