Por la rivalidad y su entrenador, que conoce a la Argentina a la perfección, no es el rival deseado; sin embargo, la historia reciente y el último partido en Mundiales hace un guiño para nuestro lado. Otro reto para la Generación Dorada.
Si antes del Mundial hubiésemos hecho una encuesta no muchos hubieran querido chocar con Brasil tan pronto. La “Verdeamarelha” de Rubén Magnano se cruzará en el camino argentino en los octavos de final tras finalizar en el tercer puesto del Grupo B detrás de los Estados Unidos y Eslovenia, los dos seleccionados que la vencieron en la primera fase.
El Mundial arrancó para Brasil con dos triunfos muy cómodos ante los equipos más débiles de la zona: Irán (81-65) y Túnez (80-65). Apenas si pasó sobresaltos contra estos rivales de nivel inferior; no obstante, las victorias le sirvieron para no desgastar físicamente a sus principales figuras, darle minutos a todos los jugadores y recuperar definitivamente al lesionado Anderson Varejao, que en esos encuentros no pisó la cancha.
Después llegó el partidazo ante EEUU. Magnano utilizó la misma fórmula que le sirvió para derrotar a los “Dream Team” en 2002 y 2004. Marcelo Huertas, con dos tiros libres (falló uno), y Leandrinho, su lanzamiento coqueteó en el cesto, tuvieron en sus manos el suplementario, pero finalmente el juego quedó en manos de los norteamericanos (70-68).
En la 4° jornada, Brasil se topó con la trabajosa Eslovenia, que le propinó la segunda caída (80-77) pese a que los sudamericanos habían plasmado una gran remontada en el segundo tiempo después de encontrarse 16 puntos abajo. En el último partido de la fase de grupo pudo verse parte del mejor de Brasil: sólida victoria (92-74) sobre Croacia con una consistente actuación colectiva en ambos costados de la cancha.
El goleador “verdeamarelho” en el certamen es Leandrinho Barbosa, que promedia 15.4 puntos por juego. El escolta de Toronto Raptors tuvo su producción más alta vs. Túnez con 21 unidades. También hay que destacar como baluartes al ala-pívot Tiago Splitter, que promedia 13.2 tantos y 5.2 rebotes, y al “bombardero” Marcelinho Machado, quién también tiene 13.2 de media pero con un sorprendente 55% en triples (15/27).
Brasil es el séptimo seleccionado más goleador de la competencia promediando 79.6 por juego (46.9% en tiros de campo y 37.1% en triples), dos puestos más abajo que la Argentina que se ubica quinto con 82.6 y que tiene al máximo anotador del torneo tras completarse la primera fase; Luis Scola con 29 unidades de promedio.
En los rebotes y asistencias está todo muy parejo entre ambos equipos: 34.8 para Argentina y 34 para Brasil por partido. Lo mismo ocurre con las asistencias: 16 y 15.2 respectivamente. El equipo “albiceleste” viene siendo superior en cuanto a las pérdidas, ya que tiene dos menos por encuentro: 10.6 contra 12.8.
El historial entre ambos seleccionados es muy parejo. Las estadísticas marcan una leve diferencia a favor de los brasileños. En 63 partidos disputados, 33 quedaron en manos de los “verdeamarelhos” y 30 para los argentinos. En Mundiales, la historia le hace un guiño al equipo de Sergio Hernández, ya que el combinado nacional se impuso en los Campeonato del Mundo de 1950, 1998 y 2002, mientras que Brasil salió airoso en 1967.
Hace ocho años en Indianápolis fue el último duelo en Mundiales, por los cuartos de final. Aquella tarde, un día después de haber terminado con el invicto histórico del “Dream Team”, el clásico sudamericano fue cerradísimo y quedó en manos del entonces equipo de Rubén Magnano. Ojalá el martes próximo se repita una Argentina ganadora, aunque esta vez en DT cordobés sólo lo podrá festejar muy en el fondo de su corazón.
Nicolás Deniz - Última Bola
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