

Esa fue una de las explicaciones que dio “Goyo” a la hora de analizar la barrida de Belgrano sobre Oberá, uno de los “cucos” de la Reclasificación. El alero, principal figura de la serie, reconoció que en los Rojos hubo un cambio de actitud que tuvo que ver con su postura en defensa. “Hicimos algo que antes no hacíamos”, dijo.
FACUNDO MANCUSO
El tiempo ahorcaba a Belgrano. El cronómetro marcaba que faltaba un segundo para que llegara el sonido de la chicharra, cuando Gregorio Eseverri tomó la anaranjada y lanzó un triple, como última opción para ganar en el lejano suelo mesopotámico. Y lo convirtió, sellando un agónico 81-80. Fue el propio jugador el que el miércoles, con algo más de cuatro minutos por jugar y después de que Oberá igualara en 72, quien intercedió en forma providencial entre La Bella y Taboada, robó el balón, corrió y convirtió para darle aire al conjunto nicoleño, que ya no se detuvo en su afán por alcanzar la victoria. Fue la tercera en cuatro partidos. Y fue la que definió el cruce a favor de los Rojos. Esa jugada y la otra, la del heroico triple, fueron las dos más importantes de toda la serie de Reclasificación. Al menos, eso se puede decir hoy, “con el diario del lunes” y ya con Belgrano instalado en los cuartos de final del Torneo Nacional de Ascenso. Y el actor protagónico se repitió en las dos escenas. Sí, fue Gregorio Eseverri, el pibe de las Inferiores, el de unas condiciones físicas notables y el de la técnica depurada. Nadie puede negar que Eseverri cada día es mejor jugador. Oberá y los acontecimientos recientes pueden darle mayor validez a esa teoría. Aunque Eseverri es la misma persona. Humilde, sincero, autocrítico y directo. Y muy entendedor del juego. De ese que le convenía realizar a Belgrano para salir airoso del choque con el que era el equipo del momento, la sensación de la categoría, después de haber ganado ocho partidos consecutivamente en la segunda fase.
La defensa, clave
Como abanderado de la “resistencia armada”, “Goyo” sabía que la defensa debía ser la llave que guiara a Belgrano hacia la salida del laberinto en el que se había metido, víctima de su inseguridad. Y era consciente de ello a pesar de que enfrente iban a estar las ricas individualidades de Oberá, incluyendo al uruguayo Emilio Taboada, reciente goleador de la Liga de su país. Sin embargo, Eseverri tenía argumentos sólidos como para imaginar a Belgrano en la próxima instancia. “Sabíamos que ningún equipo es tan fuerte como para ser invencible, así que la virtud nuestra fue esforzarnos en defensa, porque entendimos que si bien ellos tienen grandes jugadores, ninguno por sí solo iba a poder ganar la serie. Después en ofensiva pasó lo que tenía que pasar y nosotros contamos con rachas de los internos, de los perimetrales y de los bases”, le dijo a EL NORTE el capitán belgranense, quien luego reafirmó sus conceptos, al señalar que el factor defensa “fue clave” para dejar atrás a este duro escollo.
De hecho, Eseverri admitió que “jugar contra Oberá fue muy difícil”, entre otras razones porque estaba “muy bien como equipo”. “Luego –contó- decidieron cambiar a su extranjero, sumando a un jugadorazo como Taboada, pero dejando ir a Harrison, que era un tipo que permitía que los otros nacionales tomaran mayor protagonismo, porque él acompañaba, era un jugador de rol”. “Pero eso no era cosa nuestra, era de ellos. Nosotros, por lo que nos tocaba, tratamos de ponernos bien, incorporando a Harold (Arceneaux), que sabíamos lo que nos podía dar y que podría definir partidos”, agregó. Y luego, sobre el extranjero que promedió 15.7 puntos, 2.5 rebotes y 1.7 asistencias en los cuatro encuentros con Oberá, Eseverri comentó: “En la Fase Regular no lo pudimos acoplar como quisimos, pero apareció ahora y nos dio una mano grande”.
Al referirse a lo equilibrada que resultó ser la serie, Eseverri opinó: “Nosotros sabíamos que no le íbamos a ganar por mucha diferencia y que en cualquier momento que consiguiéramos sacar ventajas, ellos se nos iban a venir encima”. “Pero nosotros defendimos siempre como si fuera la última pelota y eso nos ayudó a no caernos cuando ellos se acercaron las veces que estábamos adelante. Eso fue lo que nos faltaba y encontramos”, resaltó Eseverri, que, producto de su presente auspicioso, alcanzó una media de 13.5 puntos, 3.7 rebotes, 2.7 asistencias y 3 recuperos, en 31 minutos durante la Reclasificación.
Lo que viene
Por otro lado, de cara a los cuartos de final, Eseverri adelantó: “Después de recuperarnos de los golpes (risas), nos pondremos a pensar en lo que viene, porque nos puede llegar a tocar jugar con un rival que no conocemos”. “Veremos qué hacen, desde dónde les gusta tirar, cómo es su cancha y otros detalles”, indicó.
Asimismo, si bien afirmó que Belgrano será un adversario “peligroso” a partir de esta clasificación y al tener “jugadores que manejan todas las variantes en ataque”, Eseverri no quiso colgarle a la formación conducida por Ángel Cachari, el cartel de candidata. Al respecto destacó: “Ni antes éramos el peor equipo del mundo ni ahora somos Los Angeles Lakers, pero hicimos algo que antes no hacíamos y eso era defender bien y con regularidad durante los 40 minutos”. “Además –sostuvo- nos dimos cuenta de que en esta cancha no puede venir a ganar cualquiera”. “El empuje de la gente se sintió y ése fue otro punto a favor que tuvimos”, consideró.
Terminada la nota, Eseverri se fue a abrazar con su gente, la misma que lo viene viendo crecer desde chico. Ya no es más la promesa que era, es realidad. Y un ganador nato, que no se conformará con haber sido partícipe principal en la serie y en los hechos relevantes de dos de los triunfos de los suyos. No hay dudas de que irá por más. Como todo Belgrano.
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