De acuerdo a lo relatado por Jonathan Breard, el jefe de prensa de San Martín de Corrientes, cuando el plantel llegó al estadio "Vicente Rosales" para realizar su primer entrenamiento, un grupo de personas que se encontraban ubicadas en la entrada del club recibieron a la delegación correntina con agresiones, y acto seguido les arrojaron una bomba de estruendo.
Una vez adentro, cuando Leandro García Morales salía de los sanitarios le explotaron dos petardos, pero ninguno de ellos impactó en el jugador. Mientras tanto, fuera del estadio le lanzaron piedras al omnibus que traslada al plantel, recibiendo el impacto de las mismas los dos choferes. Además, a uno de ellos le quemaron el pómulo con un cigarillo.
La dirigencia de San Martín procedió a realizar la denuncia policial correspondiente, mientras el plantel continuó entrenando hasta la finalización del mismo.
Un hecho lamentable que empaña aún más la situación de ambos equipos en su intento por mantener la categoría. Los partidos se ganan en la cancha y no fuera de ella, y por más que un grupo de personas pretenda intimidar, lo único que gana es hacerle daño a su propia institución.
Al finalizar el entrenamiento, Lucas Victoriano resumió en su cuenta de Twitter el pensamiento de una persona cabal más allá de su emoción y la incomprensión por el momento vivido: "Esto es muy grave y antiguo, querer ganar amenazando y violentamente. Lo peor es la pasividad y complicidad de los directivos. Esta es la liga en la que se presume ser de las mejores? Quemar a una persona en la cara para amedrentar. Lamentable!! A los directivos de Olimpicos les aconsejo hacer las cosas bien, ganar jugando al basquet que haciendo esto aun ganando dan verguenza".
B.Plus
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