El Barcelona era claro favorito, por venir jugando mejor y por ser local, pero el Madrid era candidato por su voracidad por ganar tras tantos años y porque había mostrado más carácter en este mismo campeonato.
Y lo demostró de entrada, con un Llull determinante (10 puntos en los primeros 7 minutos), que puso adelante al Madrid, para no perder nunca más el liderazgo en el tanteador.
El, más una defensa dura sobre Navarro y un juego más de equipo que noches anteriores, permitió que el Madrid tomara 5 de luz en el primer cuarto y 9 al final del segundo, con una bomba del propio Llull (42-33).
El local se mantenía en base al poder interior de N´Dong, tremendo en el rebote ofensivo, haciendo valer su estatura. Pero al Barsa no le alcanzaba con eso si no aparecían Lorbek y alguno más, dada la sequía de Navarro.
Navarro y Lorbek hicieron su parte en el tercer período, pero no pudieron frenar a la estrella de la segunda mitad: Jaycee Carroll. El escolta blanco tirador, que venía de tirar 0/2 en la primera parte, se despachó con 8 puntos en el tercer cuarto y nada menos que 14 en el último, para destrozar las aspiraciones catalanas de quedar como el más ganador de la historia, con 23 Copas.
Entre Carroll y Llull se adueñaron del partido. Le sacaron 20 al Barcelona y ya no hubo partido. La escasa hinchada blanca comenzó a festejar el campeonato a 5 minutos del final, porque no había nada que hacer.
Fue 91-74, porque el Madrid aflojó al final, pero el desarrollo demostró una supremacía fenomenal de los de Pablo Laso. Llull terminó con 23 puntos y Carroll con 20, mientras que N´Dong sumó 19 en el Barcelona. Fiesta blanca y en Barcelona. El ideal madridista.
Fabián García / fabiangarcia@basquetplus.com
Enviado especial a Barcelona, España
@basquetplus
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