Cuando otros jugadores ya están retirados, el base de Libertad, sigue en la lucha y mantiene un alto rendimiento, que a su equipo le sirvió para afrontar un período repleto de lesiones en esta temporada de la LNB. "Sigo disfrutando de cada partido y me siento muy cómodo y querido en Libertad", dijo.
Sebastián Ginóbili acumula suficiente experiencia como para advertir que la charla con LNB.com.ar pasará, por sobre todas las cosas, por el excelente nivel que mostró en gran parte de la primera mitad de la temporada de la Liga Nacional. Por eso, con naturalidad advierte, y remata con picardía, que “esta temporada me preparé para jugar 20 ó 25 minutos, como mucho. Menos minutos, pero de calidad, pensando en un plantel que se armó para pelear arriba. Quería dar una mano al equipo, sin preocuparme el rol que cumpliría. No me importaba si tomaría menos tiros, eso lo decide el técnico. Imaginaba a Juan Pablo (Cantero) con un mayor protagonismo, que compartiríamos la posición, pero sobre todo, que yo tendría menos la pelota en las manos, que es algo que te desgasta mucho. No me molestaba compartir la base, ya lo había hecho con Pablo (Moldú). Sin embargo, nada de eso se dio hasta ahora”.
El base, de 38 años, acepta que “lamentablemente me salieron mal los cálculos (se ríe). En esta primera parte, por el problema de los lesionados, jugué muchos más minutos de los que esperaba y con un rol ofensivo fuera de lo común para mí. Por suerte, demostré que estaba preparado para afrontar esa circunstancia, aunque hubiera sido muy difícil mantener esa situación. Por suerte ahora llegó Matías (Ibarra), que es más ordenador de juego, y podremos compartir la base o yo moverme como escolta, aunque me sienta un poco raro en esa posición”.
Sus planes se frustraron desde el mismo comienzo, debido a un par de bajas importantes en el plantel de Libertad. “Sufrimos mucho con las lesiones. La del Gringo (Pelussi) fue un golpe muy duro para todo el grupo y sobre todo para mí, que llevo varias temporadas con él. El significa mucho para el equipo. Es un líder muy positivo en el espíritu del plantel, porque te lleva para adelante. Se siente mucho su ausencia”, explicó Ginóbili.
Sin embargo, no fue la única ausencia que lo complicó personalmente: “La lesión de Cantero fue una complicación, porque nos sacó de lo que estábamos preparados para hacer. A mí me obligó a tener más minutos, al achicarse la rotación, y a no poder regular mi presencia en cancha. Por otro lado, me hizo tener más la pelota, a producir más en ataque y eso provoca un gran desgaste. Cantero es un jugador con puntos y el resto no los tenemos naturalmente”.
Ginóbili promedia 12,0 puntos por partido, su marca más alta de las últimas 4 temporadas, y 4,9 asistencias, el registro más alto de toda su carrera en la LNB, números que no están pasando gratuitamente por su cuerpo. “Llegué bastante agotado al receso, los últimos partidos fueron muy exigentes y el físico lo sufre. Uno puede regular el esfuerzo planificando los entrenamientos, pero en los partidos es complicado, aunque hay momentos clave. Hay que saber distinguir esos momentos, aunque con los años uno aprendió a correr la cancha, a ahorrar trayectoria y esfuerzo físico”, le reconoció a LNB.com.ar el jugador Libertad.
No son comunes los casos de jugadores que a los 38 años mantengan un alto nivel competitivo. El bahiense se anima a analizar: “Calculo que la responsabilidad que siempre tuve para entrenarme y cuidarme me favorece. También el no tenes lesiones graves y que siempre estuve preparado físicamente me ayudan a sobrellevar un gran esfuerzo a esta edad. También que estoy bien mentalmente, porque tengo ganas de hacer lo que hago y disfruto tanto un entrenamiento como un partido. Es cierto que los viajes me cuestan un poco, como la vida de hoteles y los horarios, pero se compensa con las relaciones humanas que uno hace, los amigos con los que convive. Todavía disfruto de tomar mate en el micro cuando vamos viajando. Eso lo entiendo como amor al deporte”
Desde hace algunos años resulta inevitable merodear por un retiro que no es lejano, pero que tampoco debería aparecer inminente. Ginóbili “siempre hablé del retiro como algo natural por mi edad, no porque haya perdido las ganas o no estuviera bien. Si en estos años decidí seguir fue precisamente por las ganas que tengo y porque me gusta el básquetbol, no por necesidad, ni porque me preocupe el paso del tiempo”.
El día después del retiro siempre resulta inquietante para los deportistas. El jugador de Libertad parece ir poniendo la mira en algún objetivo definido: “Estoy haciendo el curso de entrenador con Walter Garrone y eso me tiene entusiasmado. Sin embargo no tengo en claro si quiero ser entrenador profesional. En lo inmediato, cuando me retire, me gustaría trabajar con chicos, ayudar a su formación. Eso es algo que me interesa y veré si lo puedo concretar. Después se verá si puedo o quiero trabajar con profesionales. Si bien Mar del Plata es una ciudad que me encanta para vivir, mi idea es volver a Bahía Blanca una vez retirado. Ahí está mi familia y es mi lugar”.
Para Ginóbili la campaña de Libertad en la temporada 2010/11 es buena, porque “aún con esos problemas de lesiones le peleamos de igual a igual a todos, aunque nuestro rendimiento se desvirtuó en los últimos dos partidos. Perder por 40 puntos con Atenas fue duro. Nos está constando alcanzar un buen nivel como visitantes. Veremos cómo se adapta el nuevo extranjero, pero seguiremos peleando para llegar al máximo potencial del equipo para mantenernos entre los mejores. Estos problemas nos tienen que fortalecer como equipo, te tienen que hacer aflorar la personalidad”.
Con esta segunda etapa en el club de Sunchales el bahiense está cumpliendo su sexta temporada en el equipo, que él justifica con que “en Libertad estoy muy bien, me siento querido y respetado por la gente del club y por los hinchas. Es una institución ordenada, que arma planteles para pelear cosas importantes y se juega en equipo. Reconozco que mis mejores momentos deportivos los pasé en Libertad. Todo eso ayuda a que quiera seguir ahí. Además, hice amigos fuera del deporte y la paso bien en Sunchales”.
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