
De todo lo que se dijo después del áspero tercer encuentro de la final, elegimos dos extractos que apuntan a la gran diferencia que se vio en el Superdomo Orfeo con respecto a lo que pasó en Mar del Plata. El carácter de Atenas, más allá de los rendimientos individuales, fue diferente. Para bien o para mal del espectáculo, ya que el juego fue deslucido, friccionado y falto de ritmo, el conjunto cordobés hizo su negocio.
Peñarol se mostró vulnerable, aunque esto no tuvo que ver con falta de temple, sino de concentración y -en algunos casos puntuales-, con una sorprendente falta de lectura para tomar las mejores opciones en momentos delicados. Tras disponer de una ventaja de once puntos en el inicio del segundo tiempo, lució sorprendido por la vigorosa reacción local, que se vio contra las cuerdas y arremetió con todas las armas que encontró para desestabilizar la tranquilidad con la que transitaba el campeón por las finales.
Entre todas esas armas, también tuvo su juego. Aparecieron en la serie sus suplentes, especialmente Miguel Gerlero, que firmó su mejor planilla con 10 puntos y 3 rebotes, liderando a los reservas griegos. Por primera vez consiguieron lucir más productivos que los visitantes. De hecho, lo fueron (23 puntos contra 17).
También mejoraron su producción los perimetrales. Matías Lescano acertó tres triples, Diego Gerbaudo se encargó de reducir el peso de Facundo Campazzo en el juego -había sido clave en Mar del Plata- y Bruno Lábaque consiguió hacer un trabajo integral. Anotó (15 puntos), asistió (7 pases gol), lideró, le marcó la cancha a todo el mundo y, de yapa, acertó un par de tiros clave. Completito.
Además, el DT Sebastián González mantuvo a su batalladora pareja de foráneos en buena forma. Entre Greg Lewis y James Williams sumaron 26 puntos y 20 rebotes, además de practicar una defensa consistente para mantener a raya a Martín Leiva (apenas 2 puntos), Alejandro Reinick (no anotó) y Ale Diez (un triple y dos libres). Así, Leo Gutiérrez quedó demasiado solo y terminó tomando demasiada responsabilidad (5/18 de cancha) o demasiada poca. ¿Cómo así?
Es que Kyle LaMonte -de buen rendimiento atacando el aro- deslució sus buenos números con pérdidas increíbles, sin apretar lo suficiente a su hombre en defensa o tomando decisiones apresuradas, éstas últimas en momentos demasiado importantes. En ese mal cierre también es cierto que al equipo le faltó conducción, resignó muchas chances de recuperación y lo terminó pagando con una derrota que el mismo Peñarol -involuntariamente, claro está-, facilitó. Como todo equipo experimentado, hará su autocrítica y eso seguramente provocará que en el cuarto encuentro eleve su nivel de atención.
Por su lado, Atenas deberá estar listo para tratar de mantener su tendencia al crecimiento. Partió desde muy abajo (derrota por 31), insinuó una levantada en el segundo encuentro (-16) y mucho más en la victoria (+4). De todas maneras, tiene que ser consciente de que sería muy extraño que vuelva a tomar desprevenido a Peñarol -también los árbitros estarán más atentos- en esto de sacar réditos de un juego más riguroso y conversado. Para los cordobeses, sería ideal demostrarse a sí mismos que además de ganar con una gran dosis de carácter también pueden hacerlo con más juego que los milrayitas.
- Atenas (Córdoba) - Peñarol (Mar del Plata, BA) (1-2)
. Hora: 21:00
. TV: TyC Sports
. Estadio: Superdomo Orfeo (Córdoba)
. Arbitros: Alejandro Chiti, Fernando Sampietro, Alejandro Ramallo
. Enfrentamientos entre sí: Atenas 48-33, en la ‘10/11: Peñarol 3-2, Súper 8 ‘10/11: Atenas 1-0
. Récords globales: Peñarol 41-14 (8-3), Atenas 33-21 (7-3)
. Juego 1: Peñarol 95-64. Goleador: Gutiérrez 23 (Peñ), Williams / Lábaque 13 (Ate). Valoración: Gutiérrez 24 (Peñ)
. Juego 2: Peñarol 82-66. Goleador: Gutiérrez 17 (Peñ), Lewis 14 (Ate). Valoración: Gutiérrez (Peñ) / Williams (Ate) 18
. Juego 3: Atenas 73-69. Goleador: Lábaque 15 (Ate), Gutiérrez 19 (Peñ). Valoración: LaMonte (Peñ) 22
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