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viernes, 22 de junio de 2012

Quilmes en estado de alerta

Hablaremos de un club que se ubica sexto en la tabla histórica de la Liga Nacional con 1405 puntos (435 ganados y 480 perdidos) con 19 temporadas en la serie mayor de nuestro básquet y que desde el año 1988 participa al menos en la segunda categoría de clubes afiliados a la AdC. Quilmes de Mar del Plata forma parte importante de la historia de nuestra liga, pero las circunstancias (nunca fortuitas) lo han llevado a un callejón muy oscuro. El panorama actual para la institución de Luro y Guido en Mar del Plata es muy distinto al descenso de hace apenas dos años, donde armó un equipo en menos de 30 días y se declaró inmediatamente candidato desde el vamos con la llegada del técnico Daniel Maffei y jugadores de valía para la categoría. Fue candidato principal antes de saltar a la cancha y luego cumplió su mandato. Este junio de 2012 es muy diferente. Las deudas de la última temporada son cuantiosas, pero no ajenas a lo que ya se conocían en épocas anteriores. Las deudas siempre fueron un problema, pero de solución. De hecho hay que reconocer que en 25 años de básquet profesional a Quilmes nunca le llegó una carta documento. Ahora, en cambio, se presentan frentes de batalla difíciles de atajar: algunos jugadores y el ex técnico Maffei están en una postura intransigente respecto al cobro de sus haberes atrasados, para liberar el certificado de cancelación de deuda (libre deuda). Esta postura surge por el vacío dirigencial que exhibe Quilmes, situación que pretenden cambiar pero no cambia. En una nota periodística en febrero pasado el dirigente de la sub comisión de básquet Oscar Rígano hizo mención que a Maffei se le estaba pagando los haberes atrasados (además de culparlo de casi todo lo que pasó). Desde que el técnico fue cortado (mediados de noviembre de 2011) no percibió nunca ni un solo peso de su contrato. La situación se agrava por el régimen de penalidades por incumplimiento que tiene el convenio y que ya asciende a la mitad del monto adeudado solo por salario. Lo mismo pasa con los haberes del asistente Pablo Favarel y el siguiente técnico “Beto” Martínez. Desde su finalización de contrato el coach Daniel Maffei le confesó a Pick and Roll que nadie lo ha llamado hasta el día de hoy, ni por la deuda, ni por nada. Pero si se vio envuelto en una polémica con las declaraciones de Rígano, donde dijo que estaba percibiendo sus deudas. Entre la falta de presencia dirigencial y las acusaciones, Maffei estalló y no piensa refinanciar su deuda, al igual que otros jugadores. Hasta hoy Quilmes consiguió el “Libre Deuda” de Axel Weigand y Gregorio Eseverri (que tiene un año más de contrato), en el resto siguen trabajando. Pero no solo el dinero atrasado es el problema. El armado de la estructura general parece tan complicado como que el dinero aparezca de la nada. Después de culparlo de casi todo lo que pasó, algunos allegados a la dirigencia fueron a hablar con Daniel Bonano, quien en estos últimos 6 años estuvo al frente de las decisiones en el cervecero. Le solicitaron al empresario una soga económica, cuando los últimos meses casi lo declararon persona no grata. Entre los “culpables” de todo el descalabro, puertas para afuera solo se escuchó la voz de Rígano recargando el peso sobre Maffei mientras que el presidente del Club, Juan Carlos Barciela (de licencia el último año) dijo que esa clase de evaluación de errores solo se hará en la cocina interna del club, pero no pública. Esta noche habrá una reunión para buscar formalizar la nueva conducción que tendrá más participación (al menos eso dicen) de la Comisión Directiva en el vínculo con la Subcomisión de Básquet profesional. El problema es que las partes no se sienten cómodas. Al menos se sabe que Daniel Bonano no seguirá. Eso hicieron saber desde la mitad de la temporada pasada, momento donde apareció en escena más decidido Oscar Rígano. Ahora el más antiguo de los dirigentes quilmeños (y uno de los más antiguos de la Liga) deberá estrechar lazos propuestos por el presidente Barciela con Pablo Zabala, un dirigente de la Liga Junior del Club que enojado por algunas decisiones el año pasado prefirió irse y pidió el pase de algunos jugadores juveniles a su nombre. En Quilmes los dirigentes nunca quisieron hacer pública la actitud de Zabala, que va en contra de las normas de cualquier club, y que puertas adentro fue reprochado en voz alta, sin embargo Barciela le renueva la confianza y lo busca de líder deportivo, mientras espera que Rígano se quede al frente del área económica-financiera. El problema será la ascendencia que Zabala pueda generar en Rígano, quien no se vincula con él. Si en la reunión se llega a un consenso de paz y logran determinar un líder, entonces Quilmes habrá dada el primer paso de una larga reestructuración. Además se buscará la ayuda de un Mesías (todos piensan en Rígano) para ayudar a salir del embrollo del libre deuda para comenzar a firmar los contratos del equipo de TNA. No es un receso común para Quilmes. Ya vivió la experiencia de irse al descenso y armar equipos para volver. Objetivo que logró dos veces para ascender en un solo año. Esta vez todos los frentes de tormentas (externos e internos) muestran que está más complicado que nunca. Pablo Tosal

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