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lunes, 30 de julio de 2012

JUEGOS OLIMPICOS - LONDRES - LA MISTICA DE LA GENERACION DORADA ESTA INTACTA

En el debut en los Juegos Olímpicos, Argentina le dio una paliza memorable a Lituania al derrotarlo 102-79 y le envío un mensaje al resto de los equipos. La Generación Dorada mantiene su hambre de gloria. El capitán Luis Scola fue el goleador con 32 puntos, pero también hubieron actuaciones notables de Emanuel Ginóbili (hizo de todo con 21 tantos, 10 rebotes y 6 asistencias) y Carlos Delfino (20 unidades con 6-9 en triples). El equipo de Julio Lamas tiene un merecido descanso mañana y el martes va por otro juego clave ante Francia. Las actuaciones de este equipo ya no te deberían sorprender, pero es imposible no parar de deslumbrarse con sus actuaciones. El paso del tiempo no parece resistirse para estos jugadores que a cuatro años del partido ante Lituania que le dio el bronce volvieron a repetir una paliza basquetbolística y actitudinal para derrotar a los europeos por un contundente 102-79. Se sabía que en muchos momentos, quizás en los más calientes, Argentina iba optar jugar con Andrés Nocioni de cuatro y Luis Scola de cinco. Finalmente el entrenador decidió que esta formación (sumando a Prigioni, Ginóbili y Delfino en el perímetro) sea la que abra los Juegos Olímpicos para emparejar al “Chapu” con el goleador lituano Linas Kleiza en la posición de ala pívot. El santafecino, al que le encantan estos desafíos, desde el minuto uno se pegó a Kleiza y le hizo sentir el rigor de su defensa. En el ataque Argentina tomó la delantera rápidamente en el marcador con dos bombazos de tres puntos de Manu y Prigioni, pero esa efectividad desde más allá de los 6,75 metros se esfumó rápidamente (metió los dos primeros y luego erró los siete restantes del cuarto) y Lituania lo aprovechó. Atacando rápido el aro y aprovechando cada vez que Kleiza (9 puntos en el parcial) lograba escaparse de Nocioni, los europeos emparejaron el trámite y llegaron a pasar al frente por 19-16 en el transcurso del cuarto. Sin embargo Argentina nunca se desesperó y fiel a su libreto de juego colectivo de a poco se fue adueñando del trámite del partido. Su gran arma ofensiva en esos primeros minutos fue el pick and roll entre Ginóbili y Scola que hacia estragos en una defensa lituana. El escolta se dedicaba a asistir (10 en la noche) y el capitán (10 puntos en el cuarto) mostraba toda su efectividad ya sea en la pintura como en su lanzamiento de la bocha. Así, sin sobresalir en la defensa, a los de Julio Lamas le alcanzó para imponerse al final de los primeros 10 minutos por 24-23. El despegue de Argentina en el marcador llegó en el segundo cuarto cuando apareció en todo su esplendor Carlos Delfino. El “Lancha” reingresó al campo con la mano en llamas y cortó la sequía de nueve triples fallados con una bomba que abrió una seguidilla personal de cuatro (cinco en total para el equipo con otro de Prigioni) con la que Argentina se terminó yendo a los vestuarios por 51-39 arriba. Claro que esta ventaja no se debió pura y exclusivamente a la puntería en los triples, mucho tuvo que ver el trabajo defensivo con Nocioni-la única mancha fueron sus tres foules- que ahora si secó a Kleiza. En el tercer cuarto quizás se vio lo mejor de esta descollante actuación argentina. Delfino continuó su lluvia de triples con otros dos bombazos que solo hicieron contacto con la red, Scola cada vez que recibía le daba una clínica de movimientos de pies a los lungos lituanos, Manu seguía haciendo un poco de todo, los relevos de Juan Gutiérrez, Hernán Jasen, Leo Gutiérrez (se encargó de Kleiza) y Facundo Campazzo cumplían su rol a la perfección. Y cómo si fuera poco el desempeño de Argentina, que llegó a sacar una luz de 20 en ese parcial, todo eso lo logró con Nocioni y Prigioni descansando en el banco. El legendario Sarunas Jasikevicuis es uno de esos jugadores que suele sacar la cara por su equipo en estas instancias, pero el base lituano estaba en una noche negra y no parecía ser el abanderado de una remontada. En su lugar trataron de aparecer Pocius y Maciulis con dos triples consecutivos, pero como si fuera un partido de Liga Nacional un “pick and pop” terminó en un triple de Leo que desactivó cualquier alarma y la Generación Dorada quedó 78-61 arriba rumbo a los diez minutos finales. Con resultados así esos diez minutos suelen sobrar. Pero con este equipo significan diez minutos extras para disfrutar de su básquet y seguir llenando el pecho de orgullo por como representan al país este grupo de jugadores. Dándose el lujo de guardarse a Delfino en el último cuarto, Julio Lamas volvió a mandar a cancha a sus principales figuras y ellas sin dejar de brillar se encargaron de manejar los tiempos del partido. Hubo tiempo para que Manu regale alguna fantasía más, Scola siga haciendo fácil lo difícil, Nocioni vuele por arriba de una mesa empujado por su afán de no dar por perdida ninguna bola- y una mano de Kleiza claro- y Argentina se dé el lujo de lograr su máxima anotación olímpica superando los 100 puntos logrados hace 60 años en Helsinki ante Bulgaria (100-56). En uno de los partidos claves en la pelea por el segundo puesto del grupo (el otro el martes ante Francia) Argentina dio una catedra de básquet y dejó bien en claro que pese al paso de los años su hambre de gloria está intacto. Síntesis: Argentina (102): Prigioni 9, Ginóbili 21, Delfino 20, Nocioni 10 y Scola 32 (FI); Jasen 0, J. Gutiérrez 6, Campazzo 1 y L. Gutiérrez 3.DT: Julio Lamas. Lituania (79): Kalnietis 6, Pocius 5, Maciulis 7, Kleiza 20 y Valanciunas 6 (FI); Jasikevicius 6, Jankunas 14, Jasaitis 0, Kaukenas 4, Songaila 11, Seibutis 0 .DT: Kestutis Kemzura. Parciales: 24-23, 51-39 y 78-61. Árbitros: Carl Jungebrand (FIN), Jose Anibal Carrión (PUR), y Vaughan Charles Mayberry (AUS). Estadio: Basketball Arena. Joaquín Zurletti-

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