El titular de la AdC habla de la Liga
Entrevista a Eduardo Bazzi
El presidente de la Asociación de Clubes analizó la actualidad de la Liga Nacional en el comienzo de su 26º temporada. Bazzi opinó sobre cuestiones deportivas, económicas y de estructura de la propia AdC en una entrevista concedida al diario Perfil.
-¿Qué es lo que más valora de su gestión y qué es lo que más se reprocha?
-Lo mejor fue que pudimos mantener el nivel de la Liga a través de 25 años. Sobrepasamos problemas económicos, devaluaciones, crisis internacionales... Eso es un logro. Lo que más cuesta superar es el aspecto pasional en los estadios y cierto amateurismo dirigencial.
-Si los jugadores y los entrenadores se quejan tanto del calendario, ¿por qué no lo cambian?
-La realidad es que el calendario es exigente. Pero un jugador que sobrelleva nuestra liga está capacitado para ir a jugar a cualquier lado. Son varios torneos en uno. Buscamos las parejas para que no hayan tantos viajes... Si quisiéramos aligerar esto habría que hacer otro campeonato, con otro perfil. De hecho, lo planteé con la dirigencia pero todas las instituciones decidieron mantener el calendario actual. Entonces, que no haya quejas.
-¿A qué adjudica el fenómeno de los campeones fundidos?
-Es que no resulta sencillo completar un presupuesto, más en este mercado actual en el que algunos, dicen, han gastado hasta tres millones de pesos. Por eso es que algunos campeones, aun luego de tenerlo todo, han desaparecido. Incluso ha pasado con otros equipos que no han sido campeones y también han desistido. Esto existe en el básquet argentino, no hay que negarlo. Es parte del escenario que nos rodea.
-Teniendo un producto tan federal, ¿por qué cuesta tanto vender la Liga?
-Es difícil. Incorporamos 600 mil pesos en el último año con sponsors, pero nos falta. El básquet es un deporte popular que compite en una situación muy desfavorable con el fútbol. Tampoco tenemos el target del rugby, el polo o el tenis, que llegan a otro nivel de auspiciantes. Por eso vale decir que, dentro de nuestro ámbito, luchamos contra un monstruo imposible de derrotar. Lamentablemente.
-¿Y eso no va en contra de la competencia genuina? Tanto recambio de equipos puede conspirar contra la identificación del público...
-Si bien en las últimas temporadas se ha estabilizado un poco, es importante aceptar el tema de la rotación. Sobre todo en las categorías de ascenso, puntualmente en la Liga B. No puede haber ocho descensos por temporada. Hay que corregirlo, no es coherente.
-¿Los tres extranjeros ayudan a los clubes o tapan la participación de juveniles?
-Yo estoy convencido de que es demasiado complicado amalgamar tres jugadores extranjeros, pero bueno, hay técnicos que se atreven y dirigentes que apoyan la idea. Habrá que ver en su segundo año de aplicación cómo evoluciona la medida. Insisto, para mí no es prioritaria.
-¿Y por qué la avaló, entonces?
-Porque los clubes dijeron que no tenían alternativas económicas. Pero yo, por ejemplo, fui el que impulsó que, para esta temporada, no sean obligatorios.
-¿No cree que la mesa directiva debería estar compuesta por dirigentes retirados como usted? Porque con la composición actual, pareciera que cada uno tira para su club...
-Desde ese punto de vista, sin dudas, sería bueno que las instituciones analizaran la alternativa. En algunos países como España ya se hizo. Es importante la neutralidad. Nosotros todavía conservamos el mismo esquema con el que se arrancó la Liga Nacional. El aspecto pasional, a veces, lleva a que yo deba tener mucho cuidado de todo lo que me rodea y que las decisiones se debatan o se demoren demasiado por culpa de intereses personales y no federales.
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