Sergio Hernández sabe perfectamente que el partido de esta noche ante Jordania sirve mucho, pero no en lo resultadista (ganar no debería ser un gran problema), sino por la oportunidad que significa para intentar rotar otra vez a los jugadores más cansados.
Por suerte, el calendario le terminó jugando muy a favor al equipo nacional. Es que tendrá 3 días seguidos (desde antes de ayer hasta hoy), con dos partidos accesibles (Angola y Jordania) y el día libre en el medio.
Es la mejor manera de llegar al partido clave ante Serbia, mañana jueves, que definirá casi con seguridad al primero del grupo, salvo que hoy Australia nos de una manito y venza a los serbios, lo que nos daría el primer puesto automáticamente superando a Jordania.
Los asiáticos tuvieron un gran debut ante Australia, pero fueron muy ingenuos al final y dilapidaron una ventaja de 6 puntos con 1m23s por jugarse, que los oceánicos aprovecharon para salvar la ropa.
Tienen un par de jugadores interesantes, como el alero Zaid Abbas o el base Rasheim Wright, que jugó una Copa Argentina para Atenas de Córdoba en el año 2006/07. Después, poco más. No tienen calidad ni preparación suficiente como para dar otra sorpresa a esta altura del torneo. Nunca está todo dicho de todos modos, claro.
Argentina, esperemos, tendrá la chance de foguear algo más a Mata (muy atado todavía) y de darle minutos a jugadores que van a ser muy necesarios de aquí en más: Quinteros, Kammerichs, Juan Gutiérrez y Román González, los menos incluidos hasta ahora.
Fabián García (Enviado especial a Turquía) /
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