Tranquilo, con la satisfación de la victoria, Leo Gutiérrez analizó en la conferencia de prensa que “fue un partido distinto a los demás. Un primer tiempo con muchos aciertos de Atenas, pero en el segundo tiempo jugamos con buena defensa y mucha fricción, metimos bolas claves y un último cuarto muy bueno, lo cerramos bien. Nos ayudó la lesión de Cantero. Sacamos una diferencia y lo sentenciamos con varios rebotes ofensivos seguidos”.
Era inevitable que lo consultaran por el hostigamiento del público de Atenas, que parece no perdonarle que haya preferido la oferta de Peñarol, a lo largo de los dos partidos. Manteniendo la postura, el campeón olímpico reconoció que le “duele que me traten así, pero son cosas del juego. Soy un profesional y me la tengo que bancar. Yo no le hice mal a nadie, sólo pensé en el bienestar de mi familia. Para mí venir a Peñarol fue un desafío deportivo y una mejora económica. Me fui de Córdoba pero por eso no dejo de querer a Atenas, ni a la ciudad”.
Sobre su llanto al final del partido, Gutiérrez, explicó que “fue por los nervios acumulados. Es que se me juntó jugar contra Atenas y la reacción en mi contra de la gente. Me descargué llorando, porque soy así. No venía bien, no podía ayudar al equipo como quería y al final me desahogué. Pensé que estaba preparado para jugar contra un ex equipo, pero se ve que no era así”.
A su vez, el entrenador de Peñarol, Sergio Hernández, analizó que “fue un partido raro con un gran primer tiempo ofensivo de Atenas. Estuvieron seguros, con confianza y buena efectividad. Nosotros hicimos el desgaste, pero no pudimos concretar. En el segundo tiempo hicimos ajustes, jugamos con tres grandes para tener más presencia interior y con un equipo alternativo nos salió bien y dimos vuelta el juego. El segundo tiempo de Peñarol fue de gran nivel, con un Leo (Gutiérrez) inspirado y con Mata y Campazzo haciendo un gran partido”.
Fuente: lnb
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