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lunes, 31 de mayo de 2010

EL NACIONAL MONTE HERMOSO - MAURICIO SANTANGELO: ME SENTI MUCHO MAS ENTRENADOR


Con 34 años, el DT disfrutó su segunda experiencia de subir a la Liga Nacional de Básquetbol. Se enamoró de y en Monte Hermoso. Dijo que le cedería su lugar a Juan García y opinó que se debe mejorar la infraestructura de las canchas.


--Le comenté a mi agente que necesitaba trabajar y el día que terminara la temporada me dijera dónde tenía que ir.
--¡Y cumplió! ¿La continuidad de trabajo es por necesidad económica o profesional?
--Un todo. Patagones me encanta. Viví ocho años, los mejores de mi vida. Y necesito trabajar porque vengo con problemas a raíz de la deuda que tiene conmigo Independiente.
El miércoles El Nacional Monte Hermoso ascendió a la Liga Nacional de Básquetbol y su entrenador, Mauricio Santángelo, el viernes debutó al frente de Atenas, de Patagones, en el torneo del Valle Inferior. Aún con secuelas de los festejos, cuatro días después Boti mantiene presente cada momento de la temporada.
--¿Qué diferencia tuvo para vos este ascenso con el conseguido en Independiente?
--Los dos fueron espectaculares. En Neuquén fue el primero, lo logré con mi club y era mi sueño, por la lucha que habíamos tenido todos. Esta vez me sentí mucho más entrenador y tenía el compromiso de devolver algo por todo lo que nos habían dado.
--Es decir, ¿te sentiste más reconocido que en tu ciudad?
--En Neuquén me fue magnífico, porque volví después de ocho años y, en tres años, de un campeonato Argentino pasamos a jugar la Liga. Los resultados deportivos fueron excelentes, aunque debo admitir que es difícil trabajar en la ciudad de uno.
--¿Qué tan fácil fue trabajar en el contexto que se presentó todo?
--La conjunción de El Nacional con Monte fue excelente. León Najnudel decía: "Si sos entrenador de básquet y sabés de básquet, mejor". Y en Neuquén yo era un poco más que entrenador, con la ilusión de poner a Independiente otra vez en la Liga. Por eso, ir a El Nacional fue crecer en muchos aspectos. Pude enfocar mi cabeza estrictamente en el básquet.
--¿Cómo fue vivir en Monte Hermoso?
--Para mi fue un sueño, del primero al último día. Y viví desde la soledad, con una plaza entera para mi, hasta el movimiento del verano, que también es muy lindo. Incluso, hay algo curioso: estoy de novio con una chica (Silvina, cuñada de Bruno Gelsi) que en Neuquén vivía a una cuadra de mi casa y la conocí en Monte. Una vez mi vieja (Rosita) me mandó un sobre y a partir de ahí empezó la relación.
--Es decir, Monte te rompió el corazón.
--Sí, (Gustavo) Iraola me decía que si me caso tiene que ser en Monte Hermoso, je.
--Estás hablando de la felicidad que viviste en Monte y hoy existen dudas de la continuidad. ¿Es contraproducente "casarse" con un lugar?
--Desde diciembre me vienen diciendo que tienen ganas de que permanezca en Monte, donde me identifiqué mucho con la ciudad y haciendo acciones sociales. La dirigencia es muy correcta y si realmente no puede continuar la voy a entender. A los 34 años y después de ascender, el sueño es jugar la A con El Nacional Monte Hermoso. Pero hay que pensar en un todo. Es más, en Independiente fui el propulsor de que vendieran la plaza. Aún siendo a quien más le convenía, les dije permanentemente que perderían el patrimonio del club, como en el '90.


"Me gustaría que retomara Juan"
--¿Qué dudas tenías antes de empezar la temporada?
--Era un equipo nuevo y con muchos jugadores jóvenes. También, como salimos tarde al mercado, había superposición de puestos: los cuatro internos que teníamos eran cinco, los de más experiencia tenían la misma característica y los dos bases eran jóvenes, pero pudimos ver los defectos y transformarlos en virtudes.
--¿Fue una situación incómoda tener a Juan García como coordinador, siendo el ex técnico?
--Para nada, al contrario. Es más, me gustaría que retomara Juan, porque fue quien promovió todo esto. Lo digo con el corazón; se lo merece. Me dio la confianza de reemplazarlo un año, porque no podía radicarse en Monte. Y hace muchos años que me aconseja.


Trabajar para vivir y viceversa
--¿Cuándo te convenciste de que ascendían?
--Vine con ese sueño. Esto lo vivo con mucha pasión, no puedo estar un minuto sin básquet y sabiendo que si mañana no tengo trabajo no sé de qué puedo vivir. Nunca me regalaron nada ni me sobró nada. El primer simbronazo fue haberle ganado a Ciclista, en Junín, por la zona Sur. Después, creo que marcó algo el partido que ganamos en Marcos Juárez y que nos dio la clasificación al TNA-1.


A la sombra, de sol a sol
--¿Cuánto cambió durante el verano el ritmo del equipo?
--Sinceramente tenía mucho miedo de que se disolviera todo lo generado con la gente, porque antes del verano había sido como una concentración permanente.
--Y de repente los invadieron.
--¡Sí, se llenó! Pero, los chicos fueron muy profesionales.


Se sintió bien acompañado
--¿El mejor momento y peor de la temporada?
--Haber conocido a mis compañeros de cuerpo técnico (el asistente Raúl Bianco y el profesor Omar Correa), porque supimos prepararnos para llegar bien a los playoffs. El peor, perder con Marcos Juárez de local, 90 a 74 y lo que nos pasó en Junín (le tiraron una bomba de estruendo cuando iban a entrenar).


Hay mucho por mejorar
--¿Qué te pareció el nivel del TNA?
--Un tanto extraño. Tuve la suerte de dirigir todas las categorías y esta, mi tercera temporada en el TNA, me pareció raro que, por ejemplo, los dos (escoltas) habían sido corridos a uno (base) o los cuatro (ala-centro) eran cuatro-tres. Encima, nosotros teníamos un equipo al estilo de A, por características de jugador o talla. No obstante, creo que el nivel va subiendo y hubo muy buenos entrenadores.
--¿Qué cambiarías?
--Seguiría insistiendo en mejorar los estadios, vestuarios y darle confort al espectáculo. En eso se involucionó. La competencia se hace entre todos.


Alta definición


Lucas Pérez
"Creció notablemente. Es demasiado exigente con él y se frustraba, poniendo al resto de mal humor. Creo que terminó de manera excelente y saltó a la Liga".


Bruno Gelsi
"Tenía el desafío de volver a la Argentina después de seis años y con 34 años. Lo logró dentro y fuera de la cancha. Estuvo en los momentos difíciles".


Ezequiel Dentis
"Su desafío de bajar de categoría no lo frustró. Luchó cada día. Un personaje de los que siempre está contento y va para adelante. Terminó como debía terminar".


Alexis Elsener
"Un chico fabuloso, con potencial increíble y unas piernas únicas. Además, un ganador. Tiene mucho futuro".


Mario Sepúlveda
"El jugador de experiencia dentro y fuera de la cancha. Aportó tranquilidad en los momentos más difíciles. Un líder silencioso y terrible ganador".


Nicolás Paletta
"Además de tener talento, es puro corazón. No debía perder la confianza y el último partido jugó como en casi toda la temporada".


Jervaughn Scales
"El mejor poste bajo que ví. Es una gran persona que a mí me respondió muchísimo tanto en Neuquén como en Monte. Le costó la adaptación, porque necesita espacios para jugar".


Ramiro Heinrich
"Siempre le dije que debía trabajar para esta temporada, no pensando en las próximas. Bajó de tercer a cuarto pivote. Asumió su rol, nos dio aire. Tiene potencial".


Francis Nwankwo
"Fue de menor a mayor. Tiene muchas condiciones técnicas, es muy profesional, respetuoso y sumamente profesional. Un gran jugador al que me gustaría seguir dirigiendo".


Los juveniles


Francisco Hoffmann : Sabía que compartía posición con Gelsi y Sepúlveda, por lo tanto era consciente de que no tendría tantas posibilidades. Tomó la decisión muy buena que es jugar el torneo local y estudiar, para después sí intentar incursionar en algo más importante.
Franco Antonellini : Trabajó muchísimo y progresó gracias a los compañeros y a las ganas que le puso, ya decidido a ser jugador.
Matías López: Tuvo una evolución grande.
Pablo Heit : Me llena de orgullo. Lo llevaría donde vaya. Pasó un momento durísimo con su enfermedad, así que se puede decir que es un campeón.


Fernando Rodríguez/"La Nueva Provincia"

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